Los pitchers nacieron para batear... bueno, algunos de ellos
La vista de un relevista cuadr¨¢ndose en la caja de bateo se convierte en una especie de espect¨¢culo. Y es a¨²n mejor si dicho momento se produce en una Serie Mundial.
Tales fueron los hechos que nos brind¨® el mexicano Jos¨¦ Urquidy, a quien lo apuntaron de noveno en la alineaci¨®n al recibir la encomienda de ser el ¡°relevista abridor¡± para los Astros de Houston ante los Nacionales de Washington, en el Juego 4 el s¨¢bado por la noche en la capital estadounidense.
Para el nativo de Mazatl¨¢n y sus compa?eros dentro de la cueva visitante, los dos turnos fueron una experiencia fuera del cuerpo ya que apenas contaba con cuatro apariciones como bateador en la temporada regular, ponch¨¢ndose en tres de ellas.
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Al dirigirse a la caja de bateo en la segunda entrada, Urquidy tuvo que regresar al dugout y cambiar de bate, eligiendo el madero del puertorrique?o Mart¨ªn Maldonado para producir varias carcajadas entre sus compa?eros por la forma en que le conectaba a la bola. El intento fue apreciado al finalizar su turno con un rodado al cuadro.
Su segundo viaje al plato puso en juego una de las estrategias que se implementa en la Liga Nacional la mayor¨ªa de las veces que batea un pitcher con corredores en base: Moverlo de una estaci¨®n a la otra.
?El resultado? Un ponche al fallar por tercera vez un toque de bola.
Pero al final del d¨ªa su responsabilidad era apagar los bates de los Nacionales y el mexicano de 24 a?os lo hizo, blanqueando a los campeones de la Liga Nacional a lo largo de cinco entradas con dos hits y cuatro ponches para igualar el Cl¨¢sico de Oto?o a dos triunfos por bando.
Si bien fue divertido ver a Urquidy tratar de duplicar la proeza ofensiva de los bates pesados de su equipo, fue grande verlo c¨®mo domin¨® los bates de los Nacionales en su propia casa.