Brett emocionado por revivir una rivalidad KC-NYY que fue ¡°odio puro¡±
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NUEVA YORK -- Solo los fan¨¢ticos de cierta edad recordar¨¢n la feroz (y eso quiz¨¢s sea decirlo suavemente) rivalidad entre los Yankees de Nueva York y los Reales de Kansas City a finales de la d¨¦cada de 1970 y principios de los 80.
Para aquellos que no est¨¢n familiarizados, que lo resuma George Brett:
¡°Odio¡±, dijo Brett el mi¨¦rcoles mientras estaba en el dugout de los visitantes en Camden Yards, mientras los Reales se preparaban para enfrentar a los Orioles en el Juego 2 de la Serie del Comod¨ªn de la Liga Americana. ¡°Odio puro. Odio es probablemente la palabra clave¡±.
Con la barrida asegurada en Baltimore, los Reales avanzaron para enfrentarse a los Yankees en SDLA. Los dos equipos no se han enfrentado en la postemporada desde 1980, cuando Brett fue el JMV de la L.A.. Estaba en el pico de una carrera que lo llevar¨ªa eventualmente al Sal¨®n de la Fama y era el villano en Nueva York.
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¡°Va a ser incre¨ªble¡±, asegur¨® Brett. ¡°Ser¨¢ genial. Me va a encantar¡±.
¡°Algunos fan¨¢ticos mayores lo recordar¨¢n. Estar¨¢n cont¨¢ndoles a sus nietos, diciendo: 'Debiste haber visto a estos dos equipos jugar en los 70, ?Dios m¨ªo! Fue intenso. Estos muchachos realmente no se ca¨ªan bien.¡¯ Y de verdad no lo hac¨ªamos¡±.
No, no lo hac¨ªan. Eso queda claro al ver los videos de baja definici¨®n de aquellos d¨ªas, cuando los Reales y los Yankees se enfrentaron en la Serie de Campeonato de la L.A. cuatro veces entre 1976 y 1980. Hubo deslizamientos duros y palabras amargas entre dos equipos que no pod¨ªan ser m¨¢s diferentes: los Yankees, representantes de la vieja guardia, contra los j¨®venes aspirantes Reales.
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¡°Realmente nos despreci¨¢bamos¡±, insisti¨® Brett. ¡°Los equipos lo hac¨ªan, las organizaciones lo hac¨ªan, y creo que las ciudades tambi¨¦n. ?bamos a Nueva York y nos abucheaban de manera fuerte, grosera y desagradable. Y luego ellos ven¨ªan a Kansas City, y estoy seguro de que nuestros fan¨¢ticos hac¨ªan lo mismo. Pero era una rivalidad donde ambos equipos realmente se motivaban para jugar esos partidos, y creo que la afici¨®n detr¨¢s de ellos tambi¨¦n se entusiasmaba por verlos jugar.¡±
A Brett le gusta recordar esos d¨ªas, aunque hay algo de resentimiento porque los Reales solo ganaron uno de esos cuatro enfrentamientos en la SCLA. Finalmente salieron victoriosos en 1980 con una barrida.
¡°Eso fue como ganar la Serie Mundial¡±, asegur¨® Brett, cuyo equipo luego perdi¨® ante los Filis en seis juegos en la verdadera Serie Mundial".
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En 1976, Brett estaba en su tercera temporada completa en las Grandes Ligas, con 23 a?os. Los Reales llegaron a los playoffs por primera vez en su carrera y por primera vez en la historia de la franquicia, que comenz¨® en 1969. Llevar a los Yankees a cinco juegos antes de perder finalmente con el jonr¨®n de Chris Chambliss fue doloroso, pero los Reales no podr¨ªan haber pedido una mejor primera experiencia.
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¡°Vas contra los Yankees, 6-6 entrando en la parte baja del noveno¡±, record¨® Brett. "... S¨ª, est¨¢s [enojado] y te sientes deprimido, pero fue una gran experiencia para un muchacho de 23 a?os jugando su primera serie de ese tipo. Fue divertido. Fue genial.
¡°Pero luego perder los siguientes dos a?os fue dif¨ªcil. Y en el 79, ni siquiera llegamos hasta all¨¢¡±.
Los Reales ganaron 102 juegos en 1977, un r¨¦cord para la franquicia, s¨®lo para caer nuevamente ante los Yankees en la SCLA en cinco juegos. Esa serie realmente aviv¨® la rivalidad. El jardinero de los Reales, Hal McRae, tumb¨® al segunda base de los Yankees, Willie Randolph, en el Juego 2 con un deslizamiento que pareci¨® m¨¢s bien un bloqueo corporal. McRae y Cliff Johnson de Nueva York casi se pelearon antes del Juego 4. Graig Nettles se desliz¨® con fuerza contra el segunda base Frank White en la victoria de los Yankees en el Juego 4.
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As¨ª que la controversia era intensa y el odio estaba a punto de desbordarse cuando Brett lleg¨® con todo a la tercera base con un triple en la primera entrada del Juego 5. Brett estaba en cuatro patas, sacando a Nettles de la almohadilla, y Nettles levant¨® su pie y pate¨® a Brett en la cara. Brett no perdi¨® tiempo, preparando el golpe y conect¨¢ndolo.
¡°Simplemente me levant¨¦ y lo golpe¨¦¡±, resumi¨® Brett.
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El coach de tercera base de los Reales, Chuck Hiller, se involucr¨®. El lanzador de los Yankees, Ron Guidry, tambi¨¦n se meti¨®. Las bancas se vaciaron. La locura se desat¨®. Se form¨® una pila de jugadores, y Brett qued¨® en el fondo de ella.
¡°Lo ¨²nico que recuerdo es a [el receptor] Thurman Munson acostado sobre m¨ª¡±, dijo Brett. ¡°Me dijo: ¡®George, no te preocupes, nadie va a darte un golpe a traici¨®n¡¯. Pens¨¦ que eso fue genial. Porque nunca le hab¨ªa dicho nada a Thurman, nunca hab¨ªa tomado una cerveza con ¨¦l, ni nada. Pero dijo que se asegurar¨ªa de que nadie me golpeara por sorpresa¡±.
Cuando las cosas se calmaron, el juego continu¨®. Nadie fue expulsado. Los Yankees ganaron el bander¨ªn de la Liga Americana, y la Serie Mundial, ese a?o y el siguiente. Ninguno de los dos clubes lleg¨® a la postemporada en 1979, pero fue el jonr¨®n de tres carreras de Brett contra Rich Gossage lo que sell¨® la barrida de los Reales en 1980.
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¡°Sab¨ªa que Goose iba a lanzar algo r¨¢pido¡±, dijo Brett. ¡°?l ten¨ªa un gran ego, yo ten¨ªa un gran ego. Solo me dije: ¡®Oye, no trates de pegar un jonr¨®n. Solo trata de darle fuerte. S¨¦ r¨¢pido¡¯. Y fue una de las pelotas m¨¢s lejanas que he bateado, y probablemente el swing m¨¢s significativo de mi carrera¡±.
Los Reales y los Yankees estar¨¢n jugando b¨¦isbol con much¨ªsimo en juego nuevamente esta semana. Ciertamente no se ver¨¢ como aquella rivalidad de d¨¦cadas atr¨¢s. Pero Brett, de todas formas, est¨¢ ansioso.