Las aventuras del b¨¦isbol llevaron a Gerardo Parra a jugar primera base, pitchar y luego fildear un par de posiciones extra?as
Si hay algo que podemos apreciar como aficionados de las derrotas desiguales que suceden en el b¨¦isbol son los momentos peculiares que suelen ocurrir. ?Ejemplo? Pues empecemos y terminemos con Gerardo Parra y la at¨ªpica noche que experiment¨® en Arizona.
Con una amplia desventaja de 11-4 y el partido ya fuera del alcance en la parte baja del octavo inning, el manager de los Nacionales, Dave Mart¨ªnez, le encomend¨® la lomita a Parra, algo que nunca hab¨ªa hecho en su carrera. Si bien ya hab¨ªa intercambiado su guante de primera base por uno regular, tuvo que regresar a la cueva luego de que saliera con la gorra equivocada.
?Su actuaci¨®n sobre el mont¨ªculo dej¨® mucho que hablar?
Claro, no le fue bien al permitir cinco carreras gracias a un imparable y cinco boletos sin retirar a un solo bateador. Pero lo que sobresali¨® fueron las 15 rectas que promediaron entre 90 y 92 millas por hora, superando la velocidad de algunos lanzadores experimentados en Grandes Ligas.
Sin embargo la noche continu¨® repleta de ocurrencias inusuales cuando fue reemplazado por el antesalista Brian Dozier. La nueva configuraci¨®n del cuadro result¨® con Parra, un zurdo, fildeando la esquina caliente antes de concluir la entrada jugando la segunda base. Los Dioses del b¨¦isbol estuvieron del lado de Parra, asegur¨¢ndose que ninguna pelota fuera conectada en su direcci¨®n.
Estaremos a la espera de la pr¨®xima aventura que el deporte le brinde a Parra.