Altibajos de 20 a?os: La carrera de Rub¨¦n Sierra
Mientras esperamos por la reanudaci¨®n del b¨¦isbol, vale la pena recordar a jugadores especiales en la historia de dicho deporte y por qu¨¦ fueron tan importantes.
Jugador: Rub¨¦n Sierra
Carrera: Rangers 1986-1992, Atl¨¦ticos 1992-1995, Yankees 1995-1996, Tigres 1996, Rojos 1997, Azulejos 1997, Medias Blancas 1998, Rangers 2000-2001, Marineros 2002, Rangers 2003, Yankees 2003-2005 y Mellizos 2006
Logros: Juego de Estrellas de 1989, 1991, 1992, 1994 y Bate de Plata de la Liga Americana en 1989
Hay una percepci¨®n err¨®nea sobre la f¨¢bula de ni?os ¡°La Tortuga y la Liebre¡±. Mucha gente se inclina con que ¡°el que va lento pero seguro¡± gana la carrera. Creyendo que todo se trata de la tortuga y de que as¨ª no seas el m¨¢s atl¨¦tico, si sigues hacia adelante, ganar¨¢s la carrera. Es una buena historia, pero ¨¦se no es el punto.
¡°La Tortuga y la Liebre¡± no se trata de lo que hace la tortuga, sino lo que la liebre no hace. La liebre es tan r¨¢pida que no puede ser vencido por ninguna otra criatura, salvo ella misma. Si dejas de correr, ¨¦sa es la ¨²nica manera en la que la tortuga puede ganar. La lecci¨®n no es que la tortuga contin¨²a por si la liebre se detiene, sino que la liebre no deber¨ªa desperdiciar el gran don que tiene.
El puertorrique?o Rub¨¦n Sierra era sumamente talentoso en su adolescencia. Con 17 a?os reci¨¦n cumplidos, un escucha de los Rangers qued¨® sorprendido cuando lo vio en Puerto Rico, por la contextura atl¨¦tica de su cuerpo. Sierra, tambi¨¦n aprend¨ªa r¨¢pido y sin problemas aprendi¨® c¨®mo batear a las dos manos. Con 20 a?os, empez¨® a empalmar jonrones en Triple-A, conectando nueve en apenas 46 juegos y gan¨¢ndose el ascenso. En s¨®lo 113 encuentros en las Mayores en 1986, todav¨ªa con 20 a?os, dio 16 bambinazos y se rob¨® siete bases en un equipo que termin¨® en el segundo lugar del Oeste de la Liga Americana. ?l qued¨® de sexto en la votaci¨®n para el premio al Novato de la A?o de la Americana.
Fue titular en las dos temporadas siguientes con los Rangers, pero realmente no resalt¨® hasta 1989. Ese a?o, disput¨® cada uno de los 162 juegos de la temporada y lider¨® las Mayores en triples (14) y la Liga Americana en impulsadas (119), total de bases alcanzadas (344) y slugging (.543). Termin¨® por detr¨¢s de Robin Yount en una disputada votaci¨®n para Jugador M¨¢s Valioso en la Americana, estableci¨¦ndose como el mejor jugador en un equipo que contaba con Nolan Ryan, el cubano Rafael Palmeiro, el dominicano Julio C¨¦sar Franco y Kevin Brown. Fue convocado al Juego de Estrellas de ese a?o y para ese entonces, muchos proyectaban que dar¨ªa 500 cuadrangulares en su carrera, en ruta al Sal¨®n de la Fama.
Pero el oriundo de R¨ªo Piedras no estaba enfocado. Era joven, muy joven, y con mucha expectativa a su alrededor. Adem¨¢s, extra?aba a su familia en Puerto Rico ¨Cas¨ª lo confes¨® en el Juego de Estrellas, diciendo que su madre no hab¨ªa podido verlo jugar. Critic¨® a quienes no votaron por ¨¦l como Jugador M¨¢s Valioso. Comenz¨® a crecer en musculatura y empez¨® a dar m¨¢s jonrones, perdiendo lo que lo hab¨ªa hecho tan din¨¢mico. Los fans de los Rangers nunca vieron todo su potencial y, a pesar de un par de buenos a?os en Texas, en el verano de 1992 fue canjeado a los Atl¨¦ticos (junto a Bobby Witt y Jeff Russell) por un jugador cuya reputaci¨®n era complicada: El cubano Jos¨¦ Canseco.
Sierra estuvo bien con Oakland, pero nunca fue una superestrella y constantemente tuvo altercados con el manager Tony La Russa, quien lo apod¨® como ¡°el tonto del pueblo¡±, incluso luego de que el puertorrique?o pactara por cinco a?os y US$30 millones. La tensi¨®n fue tanta que Sierra termin¨® siendo canjeado a los Yankees, donde batall¨® constantemente con el timonel Joe Torre, quien describi¨® a Sierra en su autobiograf¨ªa como ¡°el jugador m¨¢s dif¨ªcil que tuve que dirigir¡±.
Torre dijo luego: ¡°Creo que cuando tienes la habilidad y recibes tanto dinero, piensas que puede durar toda la vida¡±. Los Yankees, como los Atl¨¦ticos y Rangers, terminaron canje¨¢ndolo a Detroit a cambio de Cecil Fielder.
Con 30 a?os, Sierra, quien se supon¨ªa ten¨ªa madera de Sal¨®n de la Fama, estaba vistiendo los colores de su cuarto equipo, con dos managers miembros de Cooperstown decidiendo prescindir de sus servicios. Tal vez haya tenido el mayor talento del mundo, pero no le sirvi¨® porque no lo valor¨®. Fue la liebre que se durmi¨®. La tortuga lo rebas¨®.
Pero todo empeorar¨ªa. Los Tigres lo cambiaron a los Rojos, que lo dejaron en libertad un mes despu¨¦s del inicio de la temporada de 1997. Los Azulejos le dieron una oportunidad, pero el boricua se quej¨® sobre jugar en las menores y fue puesto en libertad nuevamente un mes despu¨¦s. En 1998, los Medias Blancas le dieron un contrato, pero fue cortado en mayo luego de promediar .216. Los Mets le otorgaron un pacto de liga menor, pero nunca lo ascendieron a las Mayores. Durante la campa?a de 1998, su hermana y hermano fallecieron. Ning¨²n otro equipo lo quiso. El talento digno de Sal¨®n de la Fama estaba fuera del b¨¦isbol.
Sin mucho m¨¢s que hacer, Sierra firm¨® para jugar en la liga independiente Atlantic City Surf, donde dio 28 cuadrangulares y gan¨® US$3,000 al mes. Luego fue a la Liga Mexicana de B¨¦isbol en el 2000, y sus antiguos compa?eros, su compatriota Iv¨¢n Rodr¨ªguez y Palmeiro, convencieron a los Rangers a darle otra oportunidad. Aunque present¨® problemas, fue m¨¢s humilde y Texas le otorg¨® otro contrato para el 2001.
De repente volvi¨® a ser el Sierra de antes en el 2001. Dio 23 bambinazos en 94 encuentros, siendo apenas el segundo jugador en la historia en tener temporadas de 20 jonrones con seis a?os entre una y otra. Gan¨® el premio del Regreso del A?o. El gerente general de los Rangers, Doug Melvin, dijo lo siguiente: ¡°Me da la impresi¨®n de que sent¨ªa que les deb¨ªa algo a los Rangers. Como si quisiera disculparse por desperdiciar sus mejores a?os¡±.
Era una liebre d¨¢ndose cuenta de que hab¨ªa perdido. ¡°Creo que soy mejor ahora que antes, gracias a mi mente¡±, confes¨® Sierra a la publicaci¨®n Sports Illustrated. ¡°Tengo la misma habilidad, pero ahora tambi¨¦n cuento con experiencia y conocimiento¡±.
Sierra cambi¨® tanto de uniforme porque los equipos no pod¨ªan controlarlo. Pero cuando lleg¨® a sus 30, se convirti¨® en un jugador capaz de ayudar a m¨²ltiples equipos. Tras un a?o en Seattle en el 2002, los Rangers lo volvieron a firmar, pero lo canjearon a los Yankees. Sierra se disculp¨® inmediatamente con Torre, dici¨¦ndole, que, ¡°Los a?os han pasado y entiendes las cosas que hay que pasar. Soy una persona diferente¡±.
Sierra demostr¨® ser una pieza de valor en esos equipos de los Yankees, alcanzando la Serie Mundial en el 2003. En el 2004, Sierra ayud¨® a los Yankees a ganar la Serie Divisional de la Liga Americana ante los Mellizos con un jonr¨®n de tres carreras clave en el Juego 4. Tuvo siete imparables en la Serie de Campeonato ante los Medias Rojas. Incluso tuvo una pasant¨ªa con los Mellizos antes de retirarse en el 2006, con 40 a?os.
Al final de su carrera, Sierra se convirti¨® en lo que debi¨® haber sido desde el principio: Un jugador que saca el m¨¢ximo provecho a su potencial. Tuvo su renacer al final de su carrera.
¡°Deb¨ª haber llegado al Sal¨®n de la Fama¡±, dijo Sierra al New York Times. ¡°S¨¦ que deb¨ª haber acumulado 2,600 hits y 400 jonrones. S¨®lo quiero jugar lo mejor que pueda ahora. S¨¦ que puedo terminar bien mi carrera¡±.
Sierra termin¨® su carrera de 20 a?os con 2,152 inatrapables y 306 bambinazos. Cabe destacar que es uno de apenas 95 jugadores de la historia en superar los 2,000 hits y 300 cuadrangulares, lo que habla del incre¨ªble talento del puertorrique?o a pesar de ser considerado por muchos como una decepci¨®n.
Durante su carrera, Sierra tambi¨¦n se destac¨® como cantante de salsa, algo por lo que tambi¨¦n fue criticado, por supuestamente haberle dedicado demasiado tiempo. Actualmente, sigue creando m¨²sica.
Al final, tal vez no aprendi¨® la lecci¨®n a tiempo para rescatar su camino al Sal¨®n de la Fama. Pero lo hizo a tiempo para hacer las paces con managers y compa?eros con quienes tuvo problemas en cierto momento. Todos cometen errores cuando son j¨®venes. El truco es aprender de ellos. El secreto es identificar la lecci¨®n. Siempre hay tiempo. Nunca es tarde.