?Cu¨¢l estadio favorece m¨¢s a Soto? La verdad, importa muy poco
Hay muchos factores que influir¨¢n en la decisi¨®n del dominicano Juan Soto sobre d¨®nde jugar¨¢ en el 2025 y durante muchos a?os despu¨¦s, y algunos de ellos son extremadamente obvios.
Estos incluyen, aunque no se limitan a los siguientes: Querr¨¢ jugar para un equipo que le ofrezca un contrato r¨¦cord y querr¨¢ ser parte de una franquicia que tenga posibilidades de competir cada a?o. Puede que tambi¨¦n tenga preferencias adicionales sobre el clima, los impuestos estatales, la cultura regional o la geograf¨ªa. Soto es agente libre. Se ha ganado el derecho de tener esas opiniones y decidir su propio futuro.
Sin embargo, hay otro aspecto de todo esto que surge de vez en cuando y que probablemente no tenga mucho impacto: ?C¨®mo afectar¨¢ el estadio de un nuevo equipo su desempe?o al bate? Despu¨¦s de todo, ?no acaba de poner el mejor a?o de su carrera jugando en el favorable Yankee Stadium, hogar de la cercana pared del jard¨ªn derecho que ha favorecido a muchos bateadores zurdos?
S¨ª. Pero tambi¨¦n, no.
Es una narrativa popular, pero realmente no es del todo precisa. No es que ese ¡°porche¡± del bosque derecho en el Bronx no haya ayudado a cierto tipo de toletero zurdo, como Didi Gregorius podr¨ªa confirmar. Es que Soto, obviamente, no es un jugador t¨ªpico en lo absoluto. En realidad, el Yankee Stadium no lo benefici¨® en nada y debido al tipo de bateador hist¨®ricamente completo que es, el efecto de un parque espec¨ªfico probablemente no tenga un impacto significativo en su producci¨®n.
Si todo esto suena familiar, deber¨ªa, porque lo hemos mencionado repetidamente. Cuando fue cambiado a los Yankees en diciembre pasado, se?alamos que ¨C bas¨¢ndonos en su rendimiento al bate en el 2023 ¨C no era muy probable que el Yankee Stadium le proporcionase una gran ventaja. Como es un bateador que utiliza todo el terreno con un poder impresionante ¡ª y no un bateador que jala la pelota en extremo y con el poder justo para alcanzar la zona de seguridad ¡ª cualquier ganancia que pudiera lograr por el jard¨ªn derecho probablemente ser¨ªa igualada o superada por jonrones perdidos en el amplio espacio entre el bosque izquierdo y el central del Yankee Stadium.
Lo reiteramos a principios de agosto, cuando su sensacional temporada estaba en pleno apogeo.
Entonces, ?qu¨¦ sucedi¨® realmente en el 2024?
- Casa: OPS de .960 // 20 HR
- Visitante: OPS de 1.017 // 21 HR
Exacto. No se trata de que Soto no haya bateado bien en el Yankee Stadium, donde en su carrera (incluyendo algunos turnos como visitante) tiene una l¨ªnea de .283/.400/.579 (.979 de OPS), que en t¨¦rminos de porcentaje de embasarse y slugging es b¨¢sicamente lo que Bobby Witt Jr. hizo en el 2024.
El punto es que Soto batea bien pr¨¢cticamente en cualquier lugar. En las ¨²ltimas seis campa?as, s¨®lo Aaron Judge y el cubano Yordan ?lvarez tienen un OPS en la ruta mejor que el de .988 de Soto.
Consideremos esto: Soto ha hecho al menos 60 visitas al plato en 16 estadios diferentes. En 11 de ellos, o poco m¨¢s de dos tercios, su OPS ha sido de al menos .940, lo cual es un nivel verdaderamente ¨¦lite de producci¨®n. Entonces s¨ª, los fan¨¢ticos de los Mets pueden decir con raz¨®n que Soto tiene un espectacular OPS de 1.175 (.321/.466/.709) en 35 partidos en Queens. Pero los fan¨¢ticos de los Rojos pueden decir lo mismo (OPS de 1.186), al igual que los de los Filis (1.086 de OPS) y los Piratas (OPS de .998). Eventualmente, uno se da cuenta de que no se trata del estadio, sino del jugador.
Esto ni siquiera es un an¨¢lisis extremadamente profundo, ya que 60 visitas al home dispersas en ocho temporadas pueden generar una buena dosis de aleatoriedad. Por ejemplo, no est¨¢ claro si el rendimiento relativamente bajo de Soto en el Petco Park fue algo espec¨ªfico del estadio o simplemente un per¨ªodo complicado de adaptaci¨®n tras un canje a mitad de a?o desde el ¨²nico equipo que conoc¨ªa. (Vale la pena se?alar que, incluso como visitante, el 2022 fue el peor a?o de Soto).
Soto conect¨® 45 cuadrangulares el a?o pasado, incluidos los playoffs, y seg¨²n las m¨¦tricas de Statcast -- que ajustan no s¨®lo las alturas de las paredes y las dimensiones de los diferentes estadios, sino tambi¨¦n los efectos ambientales que influyen en c¨®mo se desplaza la pelota -- podemos ver cu¨¢ntos de esos vuelacercas fueron gracias ¨²nicamente al Yankee Stadium: Uno, y ¨¦se tuvo un costo.
- Uno de sus jonrones fue exclusivo del Yankee Stadium, el cl¨¢sico caso de la pared cercana del jard¨ªn derecho, disparado el 20 de agosto contra Matthew Boyd.
- Tres conexiones que no fueron jonrones en otros estadios habr¨ªan sido cuadrangulares en casa, incluyendo ¨C quiz¨¢s con cierto lamento ¨C un sencillo en el noveno episodio del Juego 2 de la Serie Mundial.
- Por otro lado, tres de sus batazos que no fueron vuelacercas habr¨ªan salido del parque en al menos 25 estadios diferentes¡ pero no lo fueron porque los conect¨® por el jard¨ªn izquierdo o central del Yankee Stadium, donde terminaron siendo outs o dobles.
Aunque ser¨ªa divertido imaginar c¨®mo ser¨ªa si Soto tuviera como hogar el Coors Field, parece que hay una lista de seis equipos principales interesados en sus servicios. Si revisamos la misma lista ajustada por Statcast para los efectos ambientales de los estadios y nos preguntamos qu¨¦ pasar¨ªa si jugara todos sus partidos en el parque local de esos clubes, sus 45 jonrones se convertir¨ªan en:
- Filis: 54
- Dodgers: 51
- Azulejos: 49
- Yankees: 46
- Mets: 46
- Medias Rojas: 45
Esto se encuentra en una escala que va desde ¡°s¨®lo 38 en Detroit¡± hasta ¡°63 en Cincinnati, el mejor estadio para volar la cerca en las Mayores¡±, y aunque hay argumentos para que esos conjuntos lo busquen, no son destinos muy probables. Para cualquier novena que tenga posibilidades reales de firmarlo, esto importa un poco, no mucho, o tal vez nada en absoluto.
Es decir, podr¨ªa ser relevante para otro bateador con tendencias m¨¢s espec¨ªficas, como Alex Bregman. Pero no fue algo realmente importante para Soto, al menos no en el Bronx. El estadio no hizo de Soto un gran bateador, y no es la raz¨®n por la que tuvo una campa?a tan destacada. Soto ha estado bateando pr¨¢cticamente en cualquier lugar desde que lleg¨® a las Grandes Ligas a los 19 a?os en el 2018. Seguir¨¢ bateando donde sea que juegue a partir de ahora. Dadas su edad y su producci¨®n, ha habido pocos agentes libres de alto costo tan seguros en la historia reciente.