La imagen no tiene sentido. Parece que estamos esperando que salga un ¡®Error 404¡¯ o tal vez, ¡®Error 5¡¯, por el n¨²mero en su camiseta. Aunque el n¨²mero y su cara sean familiares, no hay nada en esa foto que podamos reconocer.

S¨ª, es Joe DiMaggio. Tiene el pelo gris¨¢ceo y su cara est¨¢ un poco m¨¢s desgastada, de aquel que hilvan¨® una racha de 56 juegos dando de hit. Pero sabemos que es ¨¦l. El hombre que alguna vez dijo: ¡°Le quiero dar las gracias a Dios por hacerme un Yankee¡±.

Pero, Santo Dios, ?qu¨¦ es ese uniforme que tiene puesto? ?Por qu¨¦ tiene una gorra blanca y un uniforme con verde y dorado?

En otras palabras, ?qui¨¦n manipul¨® una foto del ¡°Yankee Clipper¡± para hacerle un montaje con el uniforme de los Atl¨¦ticos?

Nadie, la verdad. A finales de la d¨¦cada de 1960, Joe DiMaggio fue un miembro verdadero de los Atl¨¦ticos de Oakland.

Bueno, no lleg¨® a jugar con ellos. Tal vez por eso esta imagen tom¨® a muchos por sorpresa. Fotos de Willie Mays con los Mets o Hank Aaron con los Cerveceros son raras, pero al menos sabemos que dichas leyendas terminaron sus carreras en esos uniformes.

La pasant¨ªa de DiMaggio con Oakland, por otro lado, fue m¨¢s un hecho clandestino. Fue vicepresidente durante dos a?os y coach en uno de esos. Durante esa campa?a, en 1968, no quer¨ªa trabajar en el terreno, raz¨®n por la cual pas¨® la mayor parte del tiempo en el dugout. Por eso hay muy pocos fans ¨C o fot¨®grafos -- que pudieron verlo con esos colores.

Pero pas¨®. El breve paso de DiMaggio con los Atl¨¦ticos, igual que esos uniformes, fue colorido.

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En la primavera de 1968, DiMaggio hab¨ªa estado apartado del juego durante 16 temporadas completas. Hab¨ªa anunciado su retiro a sus 37 a?os, el 11 de diciembre de 1951, alegando sentir m¨²ltiples molestias y dolores.

¡°Cuando el b¨¦isbol deja de ser divertido¡±, dijo, ¡°ya no es un juego¡±.

A diferencia de muchos jugadores de su calibre ¨C incluyendo a su contempor¨¢neo Ted Williams, quien pas¨® de ser jugador a tener un puesto en las oficinas de los Medias Rojas y luego como manager de los Senadores de Washington (otro cambio de uniforme extra?o) -- DiMaggio parec¨ªa conforme con dejar el deporte en su pasado. Hab¨ªa rechazado una oferta por US$100,000 para jugar en 1952. En vez de eso, prefiri¨® ser parte de la programaci¨®n radial previa y posterior a los juegos de los Yankees, pero al nunca sentirse c¨®modo, decidi¨® apartarse de esa labor tras un a?o. Fue coach en los campamentos entre 1961-1697, pero nunca se qued¨® para la temporada regular, debido a que el puesto no le pagar¨ªa lo que val¨ªa.

DiMaggio fue imagen de revista y televisi¨®n para Buitoni pasta y estuvo casado brevemente con una mujer llamada Marilyn Monroe. Pero, por la mayor parte del tiempo, estuvo apartado de la atenci¨®n.

Hasta 1968. Ah¨ª fue cuando el due?o de los Atl¨¦ticos, Charlie Finley, claramente le hizo una oferta a DiMaggio imposible de rechazar.?

Los Atl¨¦ticos se acababan de mudar de Kansas City (en donde usualmente terminaban en el foso) a Oakland y estaban cerca de convertirse en una dinast¨ªa en la Liga Americana.

Finley ¨C un maestro promotor -- quer¨ªa que DiMaggio fuera parte del grupo. Aunque DiMaggio era asociado con un equipo bien diferente de la otra costa, el acuerdo ten¨ªa un sentido geogr¨¢fico.

DiMaggio naci¨®, se crio y viv¨ªa en el ¨¢rea de la Bah¨ªa. Ten¨ªa una casa en Beach Street en San Francisco; a unas 18 millas de donde los Atl¨¦ticos jugar¨ªan, en el Oakland-Alameda County Stadium. Igual de importante (sabiendo lo que sabemos sobre DiMaggio), fue el aspecto financiero. El ¡°Yankee Clipper¡± se hab¨ªa retirado cuando estaba a dos a?os de calificar por la pensi¨®n de Major League Baseball. Esa era la manera de alcanzar el l¨ªmite.

Sin duda, Finley supo convencerlo con su discurso. DiMaggio termin¨® firmando un contrato por dos a?os para ser el vicepresidente ejecutivo y consultor de los Atl¨¦ticos.

Sin embargo, apenas cinco semanas de asumir sus labores, las responsabilidades de DiMaggio se expandieron. Luego de pasar tiempo junto a los jugadores de los Atl¨¦ticos en los campamentos, el miembro del Sal¨®n de la Fama acept¨® la oportunidad de ser coach a tiempo completo. Pero impuso sus reglas: No ser¨ªa coach de la inicial o antesala y se reservaba el derecho de rechazar invitaciones.

Mucha gente qued¨® sorprendida al ver que DiMaggio hab¨ªa aceptado el puesto. Cuando se le pregunt¨® por qu¨¦ no hab¨ªa aceptado un puesto similar con los Yankees, DiMaggio dijo que jam¨¢s se lo hab¨ªan ofrecido formalmente. Los Yankees dijeron que DiMaggio nunca dio indicios de querer aceptar un trabajo as¨ª.

De esa manera, DiMaggio se visti¨® de verde y dorado.

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DiMaggio expres¨® su emoci¨®n por tener la oportunidad de ayudar a la nueva generaci¨®n de jugadores.

¡°Espero apegarme a estos chicos¡±, le dijo a la prensa poco despu¨¦s del D¨ªa Inaugural. ¡°Nunca he estado junto a un grupo tan ansioso por aprender¡±.

Esos ¡°chicos¡±, inclu¨ªan al futuro miembro del Sal¨®n de la Fama, Reggie Jackson, Bert Campaneris, Joe Rudi, Sal Bando, Gene Tenace y Rick Monday ¨C el n¨²cleo de j¨®venes que estaba por llevar al club a la cima de la liga.

(Casualmente, un infielder, que tambi¨¦n era ¨ªtalo-americano, se tom¨® una taza de caf¨¦ con los Atl¨¦ticos en 1968 y trabaj¨® brevemente junto a DiMaggio. Su nombre era Tony LaRussa).

Se dec¨ªa que DiMaggio ten¨ªa un efecto inmediato -- y duradero ¨C gracias a su poder de observaci¨®n. Como dice una historia, DiMaggio caminaba por el Oakland Coliseum, antes de la campa?a de 1968, cuando not¨® que la vista desde el plato se obscurec¨ªa debido a la sombra del segundo piso. El equipo movi¨® el infield a causa de ello.

Hasta ahora, los Atl¨¦ticos tienen el territorio de foul m¨¢s amplio en las Mayores.

DiMaggio tambi¨¦n dej¨® su huella con su ense?anza. Fue quien entren¨® a Rudi, un campocorto convertido en jardinero izquierdo, a poder tomar los batazos por encima de su cabeza. Los dos trabajaron durante media hora en cada uno de los juegos de 1968.

¡°Joe me adopt¨®¡±, le dijo en una ocasi¨®n Rudi a Baseball Digest. ¡°Es una jugada en la que tienes que darle la espalda a la bola, encontrar la pared y voltearte para encontrar la pelota. Fue dif¨ªcil aprender¡±.

Para la Serie Mundial de 1972, Rudi lo hab¨ªa perfeccionado. Luch¨® contra el sol para hacer una incre¨ªble atrapada ante una l¨ªnea conectada por Denis Menke, para preservar el resultado a favor de Oakland en el Juego 2 ante los Rojos.

¡°Segu¨ªa pensando en DiMaggio y en las miles de bolas con las que practicamos¡±, confes¨® Rudi. ¡°Aprend¨ª del mejor¡±.

DiMaggio tambi¨¦n fue importante para Bando, quien bate¨® .192 en 47 juegos, antes de hacer un cambio que destap¨® su potencial.

¡°Me atascaba con todo¡±, se?al¨® Bando en una ocasi¨®n. ¡°Luego Joe D. dijo que me cerrara¡±.

Bando bate¨® un respetable .251 con nueve jonrones y 25 dobles en 1968. Despu¨¦s de eso, recibi¨® votos de Jugador M¨¢s Valioso en siete de sus pr¨®ximas ocho temporadas, quedando en el segundo lugar en 1971.

DiMaggio tambi¨¦n tuvo una s¨®lida relaci¨®n con Jackson.

¡°Reggie sigue tan verde como el c¨¦sped¡±, le mencion¨® DiMaggio a la prensa en 1968. ¡°Tenemos que desarrollar su talento. Est¨¢ ah¨ª, de eso no hay duda¡±.

DiMaggio incentiv¨® a Jackson a dejar los bates livianos que utilizaba en Arizona State y le dijo que se decantara por los de mayor peso. Jackson lider¨® ese a?o las Mayores con 171 ponches (eso debi¨® haber ofendido a DiMaggio, quien s¨®lo abanic¨® 369 veces en su carrera), pero conect¨® 29 jonrones. Si una foto sirve de referencia, DiMaggio no s¨®lo le ofreci¨® consejos a DiMaggio, sino tambi¨¦n lasa?a.

(A?os m¨¢s tarde, DiMaggio, quien estaba lanzando el primer pitcheo ceremonial, visit¨® a Jackson en la cueva de los Yankees antes del Juego 6 de la Serie Mundial de 1977 ante los Dodgers, y hablaron sobre el buen jugador en el que se hab¨ªa convertido. Jackson acept¨® el cumplido al dar tres jonrones esa noche para asegurar el t¨ªtulo de Nueva York y cementar su legado como ¡°Mr. Octubre¡±).

La temporada de 1968 ¨C en la que los Atl¨¦ticos ganaron 82 juegos, para su primera campa?a con r¨¦cord ganador desde 1952, cuando a¨²n estaban en Filadelfia ¨C fue la ¨²nica en la que DiMaggio se uniform¨®. Se dedic¨® a sus labores en las oficinas en 1969 y luego, tras conseguir su pensi¨®n, regres¨® a jugar golf y a pescar. Dej¨® a los Atl¨¦ticos en buenos t¨¦rminos y usualmente era invitado a lanzar el primer pitcheo. Por un buen precio, claro.

Afortunadamente, tenemos fotos suficientes que documenten este breve paso de DiMaggio en otro uniforme.