Recordando a Luis Castro, primer latinoamericano en jugar en G.L.
Luis Castro no fue s¨®lo el primer beisbolista nacido en Colombia, sino tambi¨¦n el primer jugador latinoamericano en aparecer en un juego reconocido de Grandes Ligas. Un segunda base que jug¨® para los Atl¨¦ticos de Filadelfia de 1902, Castro mantuvo por mucho tiempo en secreto su lugar de nacimiento -- supuestamente por miedo a ser deportado --y muri¨® en la banca rota. No fue sino hasta d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte y de que fuese enterrado en una tumba sin nombre en el Cementerio Mount St. Mary en Flushing, Nueva York, que historiadores del juego descubrieron su importancia en la historia del b¨¦isbol.
Lo que lleva autom¨¢ticamente a preguntarnos, ?por qu¨¦ termin¨® el primer jugador latinoamericano en las Grandes Ligas en una tumba sin nombre en Queens? La historia, como gran parte de la vida de Castro, es complicada.
* * * * * * * *
Aquella personalidad alegre y divertida acompa?¨® a Castro durante su carrera como jugador en las menores y luego como coach y manager tambi¨¦n en las menores (convirti¨¦ndose, con toda probabilidad, en el primer manager nacido en Latinoam¨¦rica en el b¨¦isbol organizado).
Aunque quiz¨¢s era demasiado hablador. Investigaciones de la Asociaci¨®n Estadounidense para Investigar la Historial del B¨¦isbol (SABR, por sus siglas en ingl¨¦s), encontraron que, al menos un par de veces, el equipo de Castro en la ¡°South Atlantic League¡±, Augusta, fue decretado perdedor del juego por los reclamos de Castro a los ¨¢rbitros. Tambi¨¦n fue acusado (aunque lo neg¨® vehementemente) de envenenar el termo de agua de un equipo rival cuyos jugadores hab¨ªan sucumbido ante fuertes dolores de est¨®mago.
Por aquellos d¨ªas, no se le prest¨® mucha atenci¨®n al lugar de nacimiento de Castro. Y ninguna a su significado hist¨®rico.
Muchos a?os antes de la llegada de Castro con los Atl¨¦ticos, hubo un tercera base nacido en Cuba llamado Esteban Bell¨¢n, que jug¨® para los Troy Haymakers y los New York Mutuals de la National Association entre 1871 y 1873 antes de regresar a Cuba para ayudar a popularizar el juego en la isla. As¨ª que en la primera mitad del siglo XX, incluso si alguien se hubiese ocupado de buscar al primer ligamayorista nacido en Latinoam¨¦rica, le hubiesen asignado aquel honor a Bell¨¢n.
Cuando Castro muri¨®, el 24 de septiembre de 1941, todo indicaba que su aporte m¨¢s sustancial a las Grandes Ligas hab¨ªa sido reemplazar por unas semanas a Lajoie.
Pero muchos a?os despu¨¦s, su carrera tom¨® un significado mucho m¨¢s profundo.
En 1969, Comit¨¦ Especial del Libro de R¨¦cords de MLB emiti¨® dictamen sobre una serie de puntos en disputa en el libro de r¨¦cords, incluyendo el estatus como ¡°Liga Mayor¡± de una serie de circuitos rivales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Se determin¨® entonces que la National Association -- la liga de Bell¨¢n -- no deb¨ªa considerarse como una ¡°Liga Mayor¡± debido a su err¨¢tico calendario y procedimientos. Con eso, el estatus de Castro pod¨ªa elevarse. Era un importante predecesor de miles de jugadores latinoamericanos que han moldeado al deporte y mejorado su calidad, estilo y cultura.
Excepto que, por d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte y despu¨¦s de la decisi¨®n del comit¨¦, todav¨ªa no hab¨ªa claridad sobre donde hab¨ªa nacido Castro.
Y podemos darles las gracias al propio Castro por la confusi¨®n.
Por ejemplo, en una entrevista ofrecida en 1902 dijo que era sobrino de Cipriano Castro, el dictador y presidente venezolano entre 1899 y 1909. ?Era el pelotero Castro realmente familia del dictador Castro? Qui¨¦n sabe. Ninguna investigaci¨®n ha confirmado o refutado el v¨ªnculo, pero, de nuevo, Castro era conocido por echador de broma. Lo que s¨ª sabemos es que, en 1909, el jugador ofreci¨® una entrevista al Atlanta Constitution en la que neg¨® la relaci¨®n. (Por supuesto, para este momento, Cipriano Castro hab¨ªa sido desplazado del poder por su compadre Juan Vicente G¨®mez y hab¨ªa tenido que exiliarse, por lo que hab¨ªa razones para hacerlo).
Pero m¨¢s significativos son los registros biogr¨¢ficos de Castro.
En una aplicaci¨®n de pasaporte realizada en 1922, Castro escribi¨® que hab¨ªa nacido en la ciudad de Nueva York. Lo mismo puso en su formulario del Censo de EE.UU. en 1930 (en el que, a los 53 a?os, segu¨ªa colocando ¡°jugador de b¨¦isbol¡± como su profesi¨®n). Esos registros del Censo fueron publicados por el Archivo Nacional en el 2002, y algunos investigados tomaron lo colocado por Castro como prueba de que no hab¨ªa sido el primer jugador de Grandes Ligas nacido en Am¨¦rica Latina.
Pero mientras m¨¢s se ha buscado, m¨¢s claro se ha hecho que Castro efectivamente naci¨® en Colombia.
Una pieza clave de evidencia es un formulario de naturalizaci¨®n que Castro llen¨® en julio de 1917, cuando ten¨ªa 30 a?os de edad. All¨ª dice que Castro naci¨® el 25 de noviembre de 1876 en Medell¨ªn, Colombia. Obviamente, si Castro hubiese nacido en Nueva York como ¨¦l mismo hab¨ªa dicho algunas veces, no habr¨ªa habido razones para aplicar a la ciudadan¨ªa estadounidense. Lo que no est¨¢ tan claro es porque colocar¨ªa a Nueva York como su ciudad natal en otros documentos, aunque podr¨ªamos asumir que le negaron la ciudadan¨ªa y no quer¨ªa llamar m¨¢s la atenci¨®n para que no se descubriera la verdad.
¡°?l estaba tratando de evitar que lo deportaran¡±, dijo Ralph Carhart, un miembro de SABR quien, hasta hace poco, fue el presidente del ¡°19th Century Baseball Grave Marker Project¡±, un comit¨¦ dedicado a construir nuevas y adecuadas l¨¢pidas, destacando los aportes al juego, en las tumbas de destacadas figuras del b¨¦isbol del siglo XIX.
¡°Yo no vivo en su cabeza¡±, sigui¨® Carhart, ¡°y no s¨¦ realmente cu¨¢les fueron sus motivos, as¨ª que estoy asumiendo. Pero creo que estaba tratando de hacer todo lo posible para quedarse en Estados Unidos¡±.
* * * * * * * *
Otra prueba importante sobre la historia del origen de Castro sali¨® a luz p¨²blica cuando el historiados Nick Mart¨ªnez encontr¨® un listado original de pasajeros del barco S.S. Col¨®n, que arrib¨® a la ciudad de Nueva York desde Colombia el 16 de octubre de 1885. La lista incluye al padre de Castro, N¨¦stor, y a ¡°Master Luis Castro¡±, de 8 a?os de edad.
Con el lugar de nacimiento de Castro ya confirmado, ya podemos aprender m¨¢s sobre su fascinante pasado. De un art¨ªculo de 1902 publicado en el Baltimore Sun y citado en la biograf¨ªa de Castro que escribi¨® Brian McKenna para SABR, aprendimos que N¨¦stor Castro fue un adinerado banquero en Colombia. De acuerdo con el art¨ªculo, el gobierno colombiano exig¨ªa a personas en su posici¨®n que prestara dinero para cubrir gastos militares, o arriesgarse a que les quemaran sus propiedades.
¡°En esta ocasi¨®n¡±, le dijo Castro al reportero, ¡°mi padre se neg¨® firmemente a entregar su fortuna. Persistente en eso, todos en la familia quedamos presos en la casa, que estaba rodeada por soldados del gobierno. Pero al final mi padre gan¨®¡±.
Bajo aquellas condiciones, uno podr¨ªa asumir que N¨¦stor Castro llev¨® a su hijo a Estados Unidos para escapar de aquella inestabilidad y vivir una vida mejor. Pero mientras el joven Castro efectivamente vivi¨® el resto de su vida en Estados Unidos, el dinero que le dej¨® su padre no le dur¨® para siempre.
En la d¨¦cada de los 10 del siglo XX, Castro promocion¨® e hizo de juez en peleas de boxeo, fue umpire de juegos de b¨¦isbol, manej¨® una pista de patinaje y una pista de carreras de motocicletas, abri¨® un bar y manej¨® dos hoteles. Pero lo que indican los pocos registros que existen de los ¨²ltimos a?os de la vida de Castro es que su fortuna eventualmente dio giro hacia lo malo. En 1926, se declar¨® culpable de no presentar su declaraci¨®n de impuestos en 1922 y 1923. Y en 1937, aplic¨® para recibir ayuda financiera de la ¡°Association of Professional Baseball Players of America¡±.
¡°Aquello no fue enteramente culpa suya¡±, explic¨® John Thorn, historiador oficial de MLB y miembro del proyecto ¡®19th Century Baseball Grave Marker Project Committee¡¯. ¡°La Gran Depresi¨®n cobr¨® muchas v¨ªctimas¡±.
* * * * * * * *
Castro falleci¨® en 1941, a los 64 a?os, en el Manhattan State Hospital, una instalaci¨®n siqui¨¢trica en Wards Island.
Y como fue descubriendo el ¡°19th Century Baseball Grave Marker Project Committee¡±, que se encarg¨® oficialmente del caso de Castro en 2019 a partir de una petici¨®n de la senadora estatal de N.Y, Jessica Ramos, descendiente de colombianos, Castro no s¨®lo estaba enterrado en una tumba sin marca. Tampoco se hab¨ªa pagado por la misma. Sus restos reposaban en la Divisi¨®n 10, Fila 9, Tumba 18 en Mount St. Mary¡¯s, un lugar de sepultura sin ninguna menci¨®n a su pasado y en el que ni siquiera le le¨ªa su nombre.
Y por 79 a?os, la cuenta de su entierro, que nunca se pag¨®, fue sumando intereses e intereses, una cifra que parec¨ªa destinada a escalar eternamente.
Imaginen entonces el shock -- y la emoci¨®n -- de los encargados de Mount St. Mary¡¯s cuando, en el a?o 2020, un grupo se present¨® dispuesto a pagar aquella deuda.
La cuenta pasaba de los US$5,000. Una negociaci¨®n termin¨® bajando el precio.
¡°Cortaron la cuenta en la mitad, al menos¡±, dijo Carhart. ¡°Negociaron con nosotros¡±.
Con la ayuda de MLB, el pago del entierro de Castro -- al menos, la mitad -- fue realizado. Una nueva l¨¢pida fue creada para a la vez honrar su significado y respetar las regulaciones del cementerio cat¨®lico en el que reposa. Se abri¨® un espacio para el logo de MLB, el logo de SABR y un crucifijo. Y abajo del nombre de Castro, su fecha de nacimiento y fecha de su muerte, la siguiente inscripci¨®n:
¡°El primero de la vanguardia de latinoamericanos que cambiaron a Major League Baseball pasa siempre¡±.
Y as¨ª, el 20 de julio -- no casualmente, el D¨ªa de la Independencia de Colombia -- un peque?o grupo se reuni¨® en Mount St. Mary¡¯s para ofrecerle a Castro el homenaje que por tanto tiempo hab¨ªa merecido. Tanto Thorn como Ramos estuvieron presentes y ofrecieron discursos sobre el impacto y la vida de Castro. Fue un sentido tributo a un hombre que se fue a la tumba sin saber su significado en la historia del b¨¦isbol.