?Estadio flotante, en pleno mar? Por poco sucede en San Diego
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La famosa dise?adora y arquitecta irlandesa Eileen Gray probablemente lo expres¨® de la mejor forma posible a principios del Siglo XX:
¡°Para crear, primero hay que cuestionarlo todo¡±.
Es dif¨ªcil saber si los miembros del consejo municipal de San Diego estaban familiarizados con Gray, esa cita o algo relacionado con la arquitectura en la d¨¦cada de los 60, pero definitivamente estaban cuestionando c¨®mo podr¨ªan construirse los estadios deportivos.
Olv¨ªdense de copiar cl¨¢sicos como el Fenway Park o el Wrigley Field. Olv¨ªdense de las c¨²pulas modernas. Incluso olv¨ªdense de la tierra firme.
En 1964, los Cargadores de San Diego de la NFL y la futura franquicia de los Padres estuvieron a punto de recibir un regalo ¨²nico: Una estructura multiusos en un lugar donde rondaban tiburones blancos. Donde pasaban lanchas a motor. Donde nunca antes se hab¨ªa construido un estadio.
En las saladas aguas de Mission Bay.
Los Estados Unidos, en los a?os 60, viv¨ªan un tiempo de cambios, una ¨¦poca en la que cosas nuevas parec¨ªan posibles.
Hubo transformaciones dr¨¢sticas en las normas sociales, la m¨²sica y la moda. Hubo viajes espaciales. Y el b¨¦isbol, como lo hab¨ªa hecho a lo largo de su historia entrelazada con la de los Estados Unidos, reflej¨® ese cambio cultural.
¡°S¨ª, parece ser un momento en el tiempo en el que el concepto de pensamiento arquitect¨®nico era muy futurista¡±, dijo Janet Smith, vicepresidenta ejecutiva de Planificaci¨®n y Desarrollo de los Dodgers, en una entrevista por Zoom. ¡°Se pensaba en temas como tratar de llegar a la luna. Tal vez en los Estados Unidos la gente estaba dispuesta a creer en s¨ª misma en esa ¨¦poca¡±.
Smith, actualmente vicepresidenta s¨¦nior de los Dodgers en planificaci¨®n y desarrollo, tambi¨¦n dirige una firma de dise?o y desarrollo deportivo liderada por mujeres llamada Canopy. Es una de las arquitectas de estadios de b¨¦isbol m¨¢s legendarias de la historia.
Recientemente, ayud¨® a reinventar el pabell¨®n de los jardines en el Dodger Stadium, coloc¨® asientos en el Monstruo Verde del Fenway Park a principios de la d¨¦cada de los 2000 y gestion¨® el dise?o del Oriole Park en Camden Yards en la d¨¦cada de los 90. Es ese estilo ¡°retro¡± que casi todos los estadios de b¨¦isbol nuevos han adoptado desde entonces.
¡°Hoy en d¨ªa es muy f¨¢cil menospreciar los estadios que se utilizaban para distintos deportes y decir, ¡®Ah, eso no funcion¨®¡¯¡±, coment¨® Smith. ¡°Pero cuando leo cosas como ¨¦sta, me doy cuenta de que, cuando se estaban desarrollando las ideas, no eran aburridas¡±.
El dise?o flotante fue propuesto por Boyle Engineering, una firma de arquitectura local, al entonces propietario de los Cargadores, Barron Hilton. El estadio podr¨ªa albergar a 50,000 personas para ver a los Cargadores, a los Padres en las Grandes Ligas (una vez que hicieran su inminente salto desde la Liga de la Costa del Pac¨ªfico) e incluso varios eventos acu¨¢ticos cerca de Fiesta Island. Ya saben, cosas como competencias de motos acu¨¢ticas, torneos de surf... ?e incluso concursos de perros surfistas!
Sin embargo, no se construir¨ªa completamente sobre el agua. Eso habr¨ªa sido una locura.
La tribuna detr¨¢s del plato ser¨ªa el ancla, construida en tierra firme, con capacidad para 13,000 espectadores. Las dos gradas laterales ser¨ªan las partes sobre el agua, con capacidad para 20,000 fan¨¢ticos cada una, y flotar¨ªan de un lado a otro sobre... ?podemos llamarlas fosos? De esa forma, podr¨ªan estar en su lugar para los juegos de b¨¦isbol, pero tambi¨¦n moverse para ajustarse como parte del estadio de los Cargadores para el f¨²tbol americano. Aqu¨ª hay una comparaci¨®n lado a lado del plano presentado en los a?os 60.
El renombrado columnista deportivo de San Diego, Jack Murphy, lo llam¨® ¡°el concepto m¨¢s atrevido, pero pr¨¢ctico, en la construcci¨®n de estadios desde que Houston descubri¨® el domo¡±.
Hilton ador¨® la idea, diciendo que ser¨ªa ¡°el mejor hogar para un equipo de f¨²tbol americano que pueda imaginar¡±.
A la ciudad tambi¨¦n le gust¨® el plan, tanto por su singularidad como, sobre todo, por su costo: Los estudios iniciales estimaban el precio en US$20 millones, similar al de otros estadios convencionales de la ¨¦poca.
?Pero realmente podr¨ªa funcionar? ?C¨®mo funcionar¨ªa en la pr¨¢ctica?
¡°Bueno, supongo que intentar¨ªas usar el agua como una pista, una v¨ªa¡±, me coment¨® Smith. ¡°Y quiz¨¢s cables para moverlas (las tribunas). Me imagino que no pondr¨ªas nada en el fondo del oc¨¦ano. Tratar¨ªas de usar el agua como tu superficie deslizante. De lo contrario, ser¨ªa s¨®lo una novedad si el agua no est¨¢ funcionando para ti¡±.
Un ingeniero de la ¨¦poca incluso brome¨® diciendo que podr¨ªan usar elefantes de circo para empujar y tirar de las tribunas multiusos de un lado a otro. Elefantes, tiburones y b¨¦isbol, ?qui¨¦n no pagar¨ªa por ver todo eso en una tarde?
Sin embargo, despu¨¦s de una segunda evaluaci¨®n del sitio de Mission Bay por parte de otra firma de arquitectura, las cosas, lamentablemente, comenzaron a desmoronarse.
Los costos de construir un estadio flotante no resultaron ser muy razonables, ya que se dispararon por encima de los US$40 millones.
¡°Tambi¨¦n parece que nunca se resolvi¨® realmente la parte de la ingenier¨ªa¡±, a?adi¨® Smith. ¡°A medida que el precio se disparaba y la ingenier¨ªa se complicaba m¨¢s, fue simplemente un momento en el que dijeron, ¡®Ya basta, no podemos seguir intentando descifrar esto. Deber¨ªamos encontrar una forma de hacer que algo funcione¡¯¡±.
Y lo lograron.
San Diego Stadium, m¨¢s tarde designado como Jack Murphy Stadium (entre otros cambios de nombre), fue construido por US$27 millones en dos a?os. Los Cargadores jugaron all¨ª desde 1967 hasta 2017, mientras que los Padres lo llamaron su hogar desde que se unieron a las Grandes Ligas en 1969 hasta la temporada del 2003. Estaba ubicado a unos 20 minutos tierra adentro de Mission Bay, cerca de Mission Valley. No ten¨ªa vida marina pasando cerca, ni botes, ni elefantes. No flotaba. Pero, lleno, albergaba cerca de 70,000 fan¨¢ticos emocionados cada noche durante 50 a?os.
La idea de un estadio flotante no desapareci¨® por completo despu¨¦s de que se construyera el estadio m¨¢s convencional de San Diego. El concejal Jack Walsh afirm¨® que ¡°la idea tiene mucho m¨¦rito¡±. Pero, en las d¨¦cadas siguientes, ese tipo de concepto nunca volvi¨® a surgir como una opci¨®n viable.
Smith, quien actualmente trabaja con los Piratas para hacer algunas mejoras para el PNC Park, mencion¨® la idea descabellada (seriamente loca) de construir un estadio sobre uno de los r¨ªos de Pittsburgh como algo en la misma l¨ªnea. Sin embargo, en la actualidad, los arquitectos deben considerar factores como el costo, la viabilidad pr¨¢ctica y algunas preocupaciones nuevas al pensar en la construcci¨®n.
¡°Hoy en d¨ªa tendr¨ªamos preocupaciones ambientales que no eran tan prevalentes en ese momento¡±, aclar¨® Smith. ¡°Piensa en la autopista Westway en Nueva York, que se discuti¨® durante 30 a?os antes de que finalmente decidieran, ¡®No, hay r¨®balos rayados en el R¨ªo Hudson y no vamos a construir una autopista all¨ª¡¯. Parece que algunas de estas ideas estuvieron en el aire durante mucho tiempo, y luego probablemente dijeron, ¡®OK, esto no va a funcionar. ?Hay una versi¨®n m¨¢s simple que se pueda hacer?¡¯¡±
Entonces, esa divertida y so?adora visi¨®n de un estadio flotando en el mar puede terminar siendo s¨®lo eso. Un sue?o.