Con Ohtani y Judge, somos testigos de la grandeza. Hay que gozarlo
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Para sorpresa de nadie, Shohei Ohtani y Aaron Judge ganaron los premios a Jugador M¨¢s Valioso de la Liga Nacional y la Liga Americana, respectivamente, la noche del jueves. Los anuncios coronaron dos de las temporadas m¨¢s extraordinarias en la memoria reciente del b¨¦isbol.
Ohtani tuvo una campa?a de 54 jonrones y 59 bases robadas, y Judge¡ bueno, Judge probablemente fue un bateador aun mejor que eso en el 2024. No hubo mucho debate al respecto, como lo evidencia la elecci¨®n un¨¢nime para ambos jugadores.
Est¨¢ claro que tanto Ohtani como Judge han asegurado sus lugares en la historia del juego. Despu¨¦s de todo, son los dos jugadores m¨¢s famosos del mundo en este momento, como qued¨® claro en la Serie Mundial. ?sta ni siquiera es la primera vez que reciben el premio a JMV; es el tercer trofeo para Ohtani (segundo consecutivo y en ligas diferentes), mientras que para Judge es el segundo. Y no parece que vayan a desaparecer pronto. Ohtani tiene contrato con los Dodgers hasta el 2033, a la vez que Judge estar¨¢ en el Bronx al menos hasta el 2031. Los seguiremos viendo, en sus uniformes actuales, durante bastante tiempo.
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Sin embargo, la historia tiene una manera de jugar con nuestras percepciones. Por razones espec¨ªficas de cada jugador, parece claro que, cuando terminen sus carreras, los totales acumulativos ¨C esos n¨²meros redondos que solemos asociar con miembros del Sal¨®n de la Fama ¨C ser¨¢n menores de lo que podr¨ªamos haber esperado. Por lo tanto, cuando las generaciones futuras pasen horas revisando sus estad¨ªsticas en Baseball-Reference o MLB.com, puede que no comprendan del todo lo grandes que fueron estos dos hombres... porque esos n¨²meros de por vida no ser¨¢n necesariamente impactantes.
Esto no es motivo para menospreciar sus carreras, por supuesto, sin importar lo que suceda en el futuro. Es un motivo para valorarlos en este momento, una oportunidad de reflexionar sobre lo buenos que han sido sus respectivos picos y lo afortunados que somos de poder verlos alcanzar esos niveles.
Primero, hablemos de Ohtani. Obviamente, es un caso especial. No s¨®lo es un jugador ¨²nico en las Grandes Ligas, desempe?¨¢ndose como lanzador abridor y pieza central en la alineaci¨®n, sino que sus logros se aprecian mucho m¨¢s en el momento; literalmente, es el ¨²nico jugador que ha hecho lo que est¨¢ haciendo, y a este nivel.
Pero gran parte del atractivo de Ohtani est¨¢ envuelto en ese riesgo inherente, esa tensi¨®n entre el milagro de lo que est¨¢ logrando y el temor de que no pueda hacerlo para siempre. Tenemos pruebas de ello, por supuesto: No lanz¨® en el 2024. Aun as¨ª, gan¨® el premio JMV.
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Pero, ?es razonable esperar que Ohtani siga lanzando durante el resto de su contrato con los Dodgers, hasta el 2033? Probablemente no, ?verdad? Y, aunque lance durante la pr¨®xima media d¨¦cada, es poco probable que acumule suficientes entradas como para que sus n¨²meros en el mont¨ªculo impresionen de verdad a todos. A pesar de todo su ¨¦xito hasta ahora, debemos recordar que se someti¨® a una segunda cirug¨ªa Tommy John, y s¨®lo ha lanzado 481.2 episodios en MLB.
Para ponerlo en perspectiva, eso es menos que serpentineros como Andrew Chafin, Griffin Canning, Dakota Hudson y T.J. McFarland. Ohtani lanzar¨¢ m¨¢s, pero ni siquiera est¨¢ a mitad de camino de monticulares como el dominicano Jos¨¦ Ure?a o Marco Gonzales. Esto significa que ser¨¢n sus n¨²meros ofensivos los que realmente definir¨¢n su legado estad¨ªstico.
Pero tambi¨¦n existen limitaciones all¨ª. Ohtani tiene 30 a?os y cumplir¨¢ 31 en julio, y ¡°s¨®lo¡± ha acumulado 225 jonrones en su carrera. Eso lo ubica en el octavo lugar entre los jugadores activos a esa edad, apenas siete m¨¢s que Anthony Rizzo y 10 m¨¢s que el puertorrique?o Francisco Lindor. Adem¨¢s, la mayor¨ªa de los jugadores no mantiene el mismo ritmo una vez se van adentrando en sus 30. Aunque Ohtani no ha perdido mucho tiempo en el plato debido a lesiones en los ¨²ltimos a?os ¨C es 15to en MLB en juegos disputados desde el 2021 ¨C sus haza?as como jugador de dos v¨ªas probablemente aumenten el riesgo de lesiones que podr¨ªan afectar su disponibilidad como toletero. Eso podr¨ªa hacer que alcanzar hitos como los 500 cuadrangulares sea mucho m¨¢s dif¨ªcil de lo que parece ahora.
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Judge podr¨ªa enfrentar incluso m¨¢s desaf¨ªos. Es dos a?os mayor que Ohtani y tiene un historial de salud m¨¢s irregular, sin mencionar el reto f¨ªsico de medir 6 pies 7 pulgadas y pesar 282 libras. Judge lleg¨® a las Grandes Ligas a los 24 a?os y gan¨® el premio a Novato del A?o a los 25. (Vale la pena recordar que el dominicano Juan Soto acaba de cumplir 26 a?os). Ese inicio tard¨ªo siempre ha dificultado que Judge alcance los totales acumulativos que se esperar¨ªa de alguien que ha conectado al menos 58 vuelacercas en dos temporadas. (La campa?a acortada del 2020 tambi¨¦n perjudica sus totales, al igual que los de Ohtani y los de muchos jugadores de esta era).
Esto significa que Judge tiene ¡°s¨®lo¡± 315 bambinazos y 1,026 hits; ?recuerdas lo sorprendido que estaba todo el mundo cuando lleg¨® a los 1,000 hits el a?o pasado? Ahora, obviamente, Judge puede sumar jonrones r¨¢pidamente, incluyendo 157 en las ¨²ltimas tres temporadas. Pero los conect¨® entre los 30 y 32 a?os, y hay mucha preocupaci¨®n hist¨®rica sobre c¨®mo envejecen los jugadores de su tama?o. ?Estamos seguros de que llegar¨¢ a los 500 bambinazos?
Mi colega Andrew Simon intent¨® analizar esto en agosto, y una estimaci¨®n, utilizando la herramienta ¡°Favorite Toy¡± de Bill James, le dio a Judge un 82 % de probabilidades de alcanzar los 500 vuelacercas y un 37 % de llegar a los 600. Francamente, ambas cifras me parecen un poco altas. En cualquier caso, considerando su nombre y reputaci¨®n, el total de Judge probablemente termine siendo menor de lo que muchos piensan.
Si he aprendido algo en mis a?os escribiendo sobre b¨¦isbol, es que cuanto m¨¢s te alejas de la carrera de un jugador y de lo que viste mientras jugaba, m¨¢s dependes de su hoja de estad¨ªsticas. Esto no es algo malo; es la raz¨®n por la que la gente finalmente empez¨® a apreciar a Bert Blyleven y Tim Raines mucho despu¨¦s de que terminaron sus carreras, de una manera que no lo hicieron mientras jugaban. Pero tambi¨¦n puede llevar a olvidar, entre la niebla de las estad¨ªsticas, cu¨¢n abrumador y dominante fue un pelotero en su mejor momento. (Es la raz¨®n por la que todos los que vieron a Dale Murphy sent¨ªan que estaban viendo a un miembro del Sal¨®n de la Fama, aunque sus n¨²meros finales no fueron tan impresionantes).
Ahora mismo, parece obvio que los mejores jugadores de esta era son Ohtani y Judge. Pero me pregunto si eso ser¨¢ igual de obvio dentro de 20 a?os, cuando todo est¨¦ dicho y hecho¡ y sus n¨²meros acumulativos queden por detr¨¢s de los de beisbolistas como Soto, Bryce Harper, Manny Machado o quien sea. Esto es especialmente cierto para aquellos que no recordar¨¢n haber visto a Ohtani y Judge en su m¨¢ximo esplendor.
Esto no significa que no sean futuros miembros del Sal¨®n de la Fama: Ohtani y Judge claramente lo son. Pero la ¨²nica forma de apreciar de verdad cu¨¢n trascendentes son en este momento es verlos ahora. Porque, al final, las estad¨ªsticas acumuladas no har¨¢n tanto como deber¨ªan para recordarnos.
Estamos viendo a jugadores de otro nivel, en su apogeo, en este momento. Somos afortunados de poder presenciarlo. Quiz¨¢s seamos los ¨²nicos que, al final, realmente lo comprendan.