
Fue una estrella de la escuela secundaria en Alabama -- convirti¨¦ndose en casi un mito al pegar 20 jonrones en 25 partidos de una temporada, adem¨¢s de promediar 11 yardas por acarreo en el f¨²tbol americano. En la Universidad de Auburn, fue bautizado el ¡°mejor atleta puro en los Estados Unidos¡± -- ganando el Trofeo Heisman (que reconoce al mejor jugador de f¨²tbol americano universitario) en su cuarto a?o, tambi¨¦n bateando .401 con 17 cuadrangulares en su tercer a?o y calificando para la carrera de 100 metros planos durante su primero y segundo a?os. Al final, se convirti¨® en una estrella tanto de MLB y como la NFL.
Sus comerciales de Nike les dieron un toque c¨®mico a sus varios talentos deportivos, mostr¨¢ndolo listo para jugar polo, golf, baloncesto y otros deportes que se le cruzaban. ?Pero de verdad pod¨ªa sobresalir en cualquiera de dichas disciplinas sin tanta experiencia? ?En deportes que pocos esperar¨ªan que un acuerpado atleta como ¨¦l pudiera practicar? Como el clavado.
¡°S¨ª, la historia que mencionas es pr¨¢cticamente cierta¡±, declar¨® v¨ªa telef¨®nica el ex entrenador de clavado de la Universidad de Auburn, Rick Theobald. ¡°Todos los clavadistas que estuvieron ah¨ª en ese momento todav¨ªa hablan de eso cuando nos reunimos¡±.

Fue el oto?o de 1989, al menos como lo recuerda Theobald, y Bo Jackson con 26 a?os volvi¨® a Auburn para grabar un comercial de Nike. Estaba jugando baloncesto en una de las canchas cercanas para uno de los segmentos y durante un descanso, al final del pasillo vio un lugar donde sus dos hijos peque?os pod¨ªan divertirse: La piscina universitaria.
El equipo de clavados estaba practicando y Bo se asom¨® para preguntar si sus hijos pod¨ªan nadar en el otro lado. Como dijo Theobald, no le dices que no a alguien como Bo Jackson, as¨ª que los ni?os fueron a la parte menos honda seguidos por su padre. Despu¨¦s de un buen tiempo de ver a los clavadistas, Bo pregunt¨® si pod¨ªa intentarlo. Bo quer¨ªa tirarse a la piscina, tal como lo hac¨ªan los clavadistas.
Todo el equipo, incluyendo al entrenador Theobald, estaban muy entusiasmados de ver a Bo intentar su deporte.
¡°Todos los que asist¨ªan a Auburn en ese entonces siempre estaban a la espera del pr¨®ximo milagro de Bo¡±, declar¨® Theobald.
Entonces, la respuesta otra vez fue que s¨ª.
Bo se cambi¨® para nadar y se dirigi¨® a la tabla de 1 metro. Obviamente, era m¨¢s corpulento que la mayor¨ªa de los clavadistas -- especialmente en la d¨¦cada de los 80. Bo pesaba 100 libras m¨¢s que el clavadista promedio.
Mientras el graduado m¨¢s famoso de Auburn caminaba hacia la punta de la tabla, los clavadistas estaban ansiosos por verlo, pero honestamente no anticipaban mucho. Probablemente era la primera vez que lo intentaba. Un gigantesco pelotero y jugador de f¨²tbol americano¡ ?intentando esto?
¡°Se puede decir que hubo una buena dosis de escepticismo en el ambiente¡±, reconoci¨® Theobald.

Bo sigui¨® caminando hacia el final de la tabla, salt¨® un pie m¨¢s alto que la mayor¨ªa de los clavadistas -- casi cuatro pies. Algo casi incre¨ªble. Pero cuando baj¨® otra vez a la tabla para ejecutar el clavado, se estabiliz¨®. Luego pas¨® algo que Theobald nunca hab¨ªa visto en sus d¨¦cadas como entrenador a un nivel competitivo.
¡°Nunca hab¨ªa estado tan asombrado al ver a alguien que no era clavadista¡±, record¨® Theobald. ¡°Cay¨® al final de la tabla y la baj¨® tanto que lleg¨® al agua, unas seis pulgadas. El agua tocaba sus tobillos¡±.
Bo volvi¨® a saltar. ?Dio dos volteretas y media y realiz¨® un clavado, entrando de cabeza al agua!
¡°Me qued¨¦ boquiabierto¡±, agreg¨® Theobald. ¡°Todos los clavadistas, otros muchachos, aplaud¨ªan y dec¨ªan ¡®?Dios m¨ªo!¡¯ Estaban igual de impresionados¡±.
Cualquier idea de que esto fuera algo simplemente ins¨®lito desapareci¨® r¨¢pidamente.
¡°El elemento c¨®mico se elimin¨® por completo¡±, indic¨® Theobald. ¡°Lo asombroso lleg¨® a otro nivel¡±.
Una historia (de hecho, la ¨²nica historia que habla sobre esto) menciona a Bo luego subiendo a la tabla de 3 metros para hacer lo mismo. Theobald solamente recuerda el primer clavado, pero s¨ª lleg¨® a preguntarle a Bo que si quer¨ªa saltar desde mayor altura.
Bo respondi¨® algo como, ¡°No, tampoco estoy loco¡±.

¡°Pienso que cuando eres tan bueno en el primer intento, creo que Bo sabe qu¨¦ hacer con el momento¡±, agreg¨® Theobald. ¡°Volvi¨® al otro lado de la piscina y volvi¨® a jugar con sus hijos¡±.
Eso es todo. ?sa es la historia del estelar jardinero de los Reales, Bo Jackson, tomando un descanso de la grabaci¨®n de un comercial jugando todos los deportes -- y luego, casualmente, realizando un clavado de doble voltereta en una pr¨¢ctica universitaria. Theobald cree que ¨¦sa no fue la primera vez que Bo intent¨® un clavado, pero nunca lo hab¨ªa visto cerca de la piscina durante su tiempo en la universidad.
De cualquier manera, algo est¨¢ bien claro: Bo sabe hacer eso tambi¨¦n.