NUEVA YORK ¨C En el sexto inning del Juego 3 de la Serie Divisional de la Liga Nacional entre los Mets y los Filis, Sean Manaea ¨C quien hab¨ªa estado brillante hasta ese punto ¨C perdi¨® el control. Manaea otorg¨® un boleto a Kyle Schwarber y camin¨® a Trea Turner. De pronto, ten¨ªa a dos rivales en base sin outs en la pizarra, en un juego de diferencia de dos carreras. Con 74 pitcheos, Manaea estaba a punto de enfrentar a Bryce Harper y Nick Castellanos por tercera vez.
La estrategia moderna de postemporada indicaba que el manager venezolano, Carlos Mendoza, ten¨ªa una decisi¨®n sencilla, contando con el lanzallamas Reed Garrett listo en el bullpen. El coach de la banca de Mendoza, John Gibbons, le recomend¨® recurrir a Garrett. El coach de pitcheo, Jeremy Hefner, estuvo de acuerdo. Pero Mendoza sigui¨® pensando. Le gustaba el duelo entre Manaea y Harper. Confiaba en Manaea, quien hab¨ªa sido su mejor lanzador desde la segunda mitad de la temporada.
Tambi¨¦n sab¨ªa que si manten¨ªa a Manaea en la loma y los Mets perd¨ªan el juego, tendr¨ªa que rendirle cuentas al presidente de operaciones de b¨¦isbol, David Stearns, as¨ª como a los jugadores en el clubhouse, a la prensa y a una afici¨®n molesta.
Ir con Garrett hubiera sido la opci¨®n m¨¢s sencilla. Pero hab¨ªa algo en esa situaci¨®n que llev¨® a Mendoza a hacer lo contrario. Se fue con su instinto.
¡°Me la jugu¨¦¡±, expres¨® Mendoza. ¡°Estoy aliviado de que haya funcionado¡±.
Manaea ponch¨® a Harper y oblig¨® a Castellanos a batear para doble play, cerrando el inning. Los Mets terminaron ganando el Juego 3 y, eventualmente, el cuarto encuentro tambi¨¦n, para asegurar su boleto a la Serie de Campeonato de la L.N., que comienza el domingo en Los ?ngeles. ?Y Mendoza? El venezolano busca seguir confiando en su instinto hasta la Serie Mundial, donde tendr¨ªa la oportunidad de convertirse en apenas el sexto manager novato en ganarlo todo.
Ya es uno de los 16 managers novatos en llegar a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
"Es una caracter¨ªstica de Carlos: Un hombre que es tranquilo, sereno en situaciones de presi¨®n, toma las decisiones correctas, hace los movimientos correctos", expres¨® el jardinero de los Yankees Aaron Judge, quien conoci¨® a Mendoza cuando el venezolano fue coach de los Yankees entre el 2018 y 2023.
Actualmente, existe la percepci¨®n en Grandes Ligas de que las decisiones en el terreno las toman cada vez m¨¢s en la oficina principal. Que los juegos tienen un gui¨®n. Que los managers est¨¢n en el dugout para seguir ¨®rdenes, no para darlas.
Mendoza puede tener la misma inclinaci¨®n anal¨ªtica que cualquier otro dirigente de b¨¦isbol, estando al tanto de los n¨²meros y dispuesto a tomar decisiones diarias en funci¨®n de ellos, pero tambi¨¦n se siente c¨®modo d¨¢ndoles la espalda si siente que la situaci¨®n lo amerita, y Stearns le ha dado la libertad para hacerlo.
Esa tendencia apareci¨® por primera vez durante un juego el 14 de abril contra los Reales, cuando Mendoza perdi¨® la ventaja al permitir que Harrison Bader bateara contra el relevista derecho Chris Stratton. En lugar de recurrir al bateador emergente zurdo DJ Stewart en la octava entrada de un encuentro que estaba empatado, Mendoza eligi¨® a Bader, quien es m¨¢s orientado al contacto. El ca?onero reivindic¨® a su manager al pegar un sencillo productor para la ventaja. Una noche despu¨¦s, en circunstancias similares, Mendoza puso de emergente a Stewart en lugar de Tyrone Taylor. El doble productor que result¨® de esa decisi¨®n emparej¨® el encuentro para los Mets.
Estos son s¨®lo dos ejemplos de movimientos que funcionaron, y Mendoza ser¨¢ el primero en admitir otros que no lo hicieron. Como todos los pilotos, ha recibido cr¨ªticas a veces por su manejo del bullpen. Muchos cr¨ªticos han discutido la construcci¨®n de su alineaci¨®n. Tan recientemente como en el Juego 4 de la SDLN, Mendoza recibi¨® cr¨ªticas por llamar al puertorrique?o Edwin D¨ªaz en la novena entrada de un juego de tres carreras cuando David Peterson estaba listo. ?Su razonamiento? D¨ªaz necesitaba lanzar, necesitaba sentirse bien dadas sus recientes dificultades. El cerrador finalmente logr¨® los tres outs que necesitaba.
¡°Ha sido genial con todos nosotros¡±, dijo D¨ªaz. ¡°Todos lo respetan mucho, c¨®mo se ha manejado todo aqu¨ª. No comenzamos la temporada como todos quer¨ªan, pero ¨¦l se mantuvo con nosotros. Confi¨® en nosotros. Nos permiti¨® seguir jugando y ahora est¨¢ dando sus frutos. Creo que Mendy merece mucho cr¨¦dito por eso¡±.
Durante toda la temporada, Mendoza ha demostrado una habilidad poco com¨²n para un manager novato, desde su decisi¨®n de mover al boricua Francisco Lindor a la posici¨®n de primer bate en mayo, por ejemplo, hasta su comprensi¨®n de la cultura en el vestidor. Mendoza suele adelantarse a los problemas, llamando a los jugadores a su oficina para explicarles sus posibles decisiones antes de tomarlas. Tambi¨¦n est¨¢ dispuesto a dejar que sus jugadores tomen la iniciativa, como durante la famosa reuni¨®n que desencaden¨® la clasificaci¨®n de Nueva York.
"Mendy probablemente deber¨ªa haber conseguido un trabajo mucho antes de esto", coment¨® Stearns recientemente. "Somos muy afortunados de que no lo haya hecho".
Para el venezolano de 44 a?os, esta responsabilidad hab¨ªa tardado mucho en llegar. Su capacidad para tener ¨¦xito de inmediato ha sido un testimonio de los rasgos de car¨¢cter que llevaron a su antiguo jefe, el manager de los Yankees Aaron Boone, a llamarlo como ¡°algo aut¨¦ntico¡±.
Tambi¨¦n resulta algo muy personal para Mendoza, cuyos seres queridos lo han apoyado desde siempre. Hace a?os, la esposa de Mendoza, Francis, abandon¨® su carrera como dentista para que la familia pudiera estar junta mientras su esposo persegu¨ªa su sue?o en los Estados Unidos. Tal vez en alg¨²n lugar de sus mentes, ambos imaginaron la escena que se desarroll¨® el mi¨¦rcoles en el Citi Field, donde Francis, sus hijos y los padres de Mendoza, reci¨¦n llegados desde Venezuela, se abrazaron en el c¨¦sped del infield.
"Esto es incre¨ªble", coment¨® Mendoza, despu¨¦s de posar para los fot¨®grafos con el grupo. "Nadie nos hab¨ªa visto ni cerca aqu¨ª... Qu¨¦ historia".