El 34 y la ¡°Fernandoman¨ªa¡±: Legado eterno de Valenzuela
Con motivo del lamentable fallecimiento de Fernando Valenzuela a los 63 a?os, en LasMayores.com decidimos presentar una serie de momentos destacables e hist¨®ricos de protagonismo de la leyenda mexicana de los Dodgers.
El pitcheo conocido como ¡°tirabuz¨®n¡± se basa en el movimiento y en la sensaci¨®n. Comienza en una direcci¨®n y de forma inesperada rompe hacia el lado contrario. Cuando es bueno, es incre¨ªble, y cuando es ejecutado a la perfecci¨®n, es un lanzamiento dif¨ªcil de olvidar.
Hace poco m¨¢s de 40 a?os, Valenzuela pas¨® de una zona rural mexicana a una de las ciudades m¨¢s famosas del mundo para una m¨¢gica temporada de 1981 que comenz¨® con un r¨¦cord perfecto de 8-0, en el inicio de lo que ser¨ªa un movimiento. ¡°El Toro¡±, aquel jugador de apariencia convencional, pero con un talento extraordinario, permanecer¨¢ como un h¨¦roe cultural, una leyenda del b¨¦isbol y una figura m¨ªtica debido a lo que consigui¨® en el terreno y la humildad que lo caracteriza.
¡°La gente yo creo que siempre ha tenido mucha paciencia conmigo¡±, dijo Valenzuela hace tres a?os desde su hogar en Los ?ngeles. Yo creo que realmente ser¨ªa bueno que recordaran que uno siempre trato de dar el m¨¢ximo para darles un buen espect¨¢culo, para que se divirtieran con este bonito juego y que siempre trat¨® de dar el m¨¢ximo en los juegos que uno participaba¡±.
Hasta antes de su muerte, el oriundo de Navojoa, Sonora, formaba parte del equipo de transmisi¨®n de radio en espa?ol de los Dodgers. En 1981, Valenzuela cautiv¨® al mundo del b¨¦isbol e inspir¨® a una nueva generaci¨®n de aficionados con la llegada del fen¨®meno llamado ¡°Fernandoman¨ªa¡±.
¡°Recuerdo a este chico mexicano de 19 a?os de cabello largo y un poco rellenito llegando al b¨¦isbol como una tormenta¡±, dijo el ecuatoriano Jaime Jarr¨ªn, narrador y miembro del Sal¨®n de la Fama. ¡°Era calmado y tranquilo, pero con mucha confianza e inteligencia. Tambi¨¦n le gustaba bromear cuando entraba en confianza¡±.
Hasta sus ¨²ltimos d¨ªas Fernando fue un abuelo divertido con un sentido del humor seco y una sincronizaci¨®n perfecta para la comedia. No pod¨ªa dar cinco pasos por el Dodger Stadium sin que alg¨²n aficionado, sin importar la edad, lo detuviera. Asist¨ªa a todos los juegos, pero le gustaba mantenerse en un segundo plano, qued¨¢ndose en la cabina de transmisiones durante las pr¨¢cticas, para evitar ser una distracci¨®n. Hace mucho comenz¨® a practicar golf y varios golfistas profesionales y amateurs comenzaron a verlo en campos de diferentes clubes.
Como en los viejos tiempos, le encantaba tomar el volante de su Corvette y hacer largos viajes. Valenzuela estaba en una edad en la que finalmente pod¨ªa dar un paso hacia atr¨¢s y apreciarlo todo desde el espejo retrovisor, pero al mexicano m¨¢s famoso en la historia del b¨¦isbol no le gustaba hablar de ¨¦l o de la Fernandoman¨ªa.
Los n¨²meros hablan por s¨ª solos: ocho victorias, siete juegos completos y cinco blanqueadas, ponch¨® a 68 y permiti¨® cuatro carreras en 72 episodios para una efectividad de otro mundo de 0.50.
¡°Soy una persona reservada¡±, confes¨® Valenzuela. ¡°Siempre pienso dos veces las cosas que hago o digo y creo que esa es la ¨²nica manera de conseguir algunas cosas en la vida. Siempre he tratado de ver primero lo que quiero hacer en ciertas situaciones y con ciertas cosas, antes de actuar. Eso me ayud¨® mucho en mi carrera¡±.
Fue un momento hist¨®rico que estuvo cerca de no suceder. Valenzuela nunca hab¨ªa abierto un juego de Grandes Ligas cuando recibi¨® el llamado para el D¨ªa Inaugural del 1981. Tuvo un corto, pero s¨®lido debut como relevista (ninguna carrera permitida en 17.2 tramos) al final de la temporada de 1980, pero segu¨ªa siendo un ni?o de 20 a?os.
? En 1980, Fernando empez¨® a hacerse sentir
Cuando el manager Tommy Lasorda le dio la pelota a Valenzuela despu¨¦s de que Jerry Reuss, quien estaba pautado a abrir el juego, quedara fuera por una lesi¨®n en la pantorrilla, fue la primera ver que un novato abr¨ªa en el D¨ªa Inaugural en la historia de los Dodgers. Valenzuela, quien hab¨ªa lanzado una pr¨¢ctica de bateo en el Dodgers Stadium el d¨ªa anterior, conoci¨® su asignaci¨®n menos de 24 horas antes del primer pitcheo del juego
¡°Es un recuerdo que siempre tengo, de decir: ¡®Me dio esta oportunidad, tengo que aprovecharla¡¯¡±, dijo Valenzuela.
Frente a 50,511 espectadores, Valenzuela no mostr¨® ning¨²n tipo de nervios, al lanzar un blanqueo de cinco hits y cinco ponches con ayuda de su tirabuz¨®n, para darle la primera victoria del a?o a Los ?ngeles con un triunfo 2-0 sobre los Astros. Houston hab¨ªa dejado en el camino a los Dodgers en un juego de eliminaci¨®n el a?o anterior, llev¨¢ndose el bander¨ªn de la Divisi¨®n Este de la Liga Nacional.
¡°Fue muy importante para m¨ª porque las cosas salieron bien¡±, dijo Valenzuela. ¡°Ganamos. Lanc¨¦ bien ¨C nueve innings, nueve ceros. Creo que despu¨¦s de eso hubo muchas m¨¢s oportunidades. Siempre digo, tal vez si las cosas no hubiesen salido tan bien, no sabemos si hubiese tenido tantas oportunidades. Es por eso que, para m¨ª, ese juego al comienzo de la temporada fue tan importante para mi carrera¡±.
Las siguientes tres salidas fueron en la carretera ¨C en San Francisco, San Diego y Houston. Gan¨® los tres juegos lanzando completo, incluyendo blanqueos ante los Padres y Astros. En su segunda salida en casa, el 27 de abril ante los Gigantes, lanz¨® otro blanqueo; su cuarto en cinco aperturas. Para ese momento, el mexicano ten¨ªa r¨¦cord de 5-0 con 0.20 de efectividad y todo el mundo comenz¨® a preguntarse cu¨¢ndo era la pr¨®xima apertura de Valenzuela.
Hubo tantas peticiones para entrevistar a Fernando, que el monticular se vio forzado a hacer conferencias de prensa con Jarr¨ªn a su lado antes de cada apertura en casa y en clubhouses llenos en el primer d¨ªa que estaba de visita ante otros equipos. En el repleto Dodger Stadium, se ve¨ªan aficionados con camisetas con el apellido ¡°Valenzuela¡± en sus espaldas, ya sean originales, hechas por ellos mismos o replicas. Se ve¨ªan letreros hechos en casa en las gradas, que le¨ªan ¡°Viva Fernando¡±.
The Los ?ngeles Times no pod¨ªa dejar de escribir sobre el mexicano y The Los ?ngeles Herald Examiner incluso hizo un concurso para encontrarle un apodo. Gan¨® ¡°El Toro¡±. Fernando estuvo en la portada de la edici¨®n de Sports Illustrated del 18 de mayo de 1981 con la palabra ¡°UNREAL!¡± (?IRREAL!) al tope. Tambi¨¦n estuvo en las portadas de The Sporting News, Sport Magazine, Baseball Digest y muchas otras publicaciones. Los mexico-americanos Lalo y Mark Guerrero, dupla de cantantes padre e hijo, le escribieron varias canciones, incluyendo ¡°Fernando, El Toro¡± y ¡°Ol¨¦ Fernando¡±.
Luego en el verano, Valenzuela asisti¨® a un almuerzo en la Casa Blanca junto al presidente del momento Ronald Reegan. Apareci¨® en la caja del cereal Corn Flakes de Kellogg's.
Y en otro hecho que refleja su fama y ubicuidad, comenz¨® a ser reconocido s¨®lo por su primer nombre.
¡°Todo el mundo ped¨ªa historias de Fernando. Fue impresionante presenciar el nivel de atenci¨®n que estaba generando¡±, dijo Steve Brener, quien fue director de publicidad de los Dodgers entre 1970 y 1987. ¡°No puedo recordar un jugador que haya cautivado tanto a los aficionados y a la prensa de la manera en la que lo hizo Fernando. El chico ten¨ªa un talento impresionante, pero para m¨ª, la clave de Fernando era que ¨¦l quer¨ªa ser tratado como los 24 otros jugadores, sin un trato diferente. Pod¨ªas ver cu¨¢n genuino y humilde fue durante todo ese tiempo y eso llamaba a la gente¡±.
Valenzuela gan¨® su sexta apertura en una labor de nueve entradas en Montreal, aunque no sali¨® con el juego completo, porque el encuentro se fue a una d¨¦cima entrada. Esa presentaci¨®n fue seguida por otro blanqueo ante los Mets en Nueva York y por un juego completo ante los Expos en el Dodger Stadium.
Pod¨ªa hacer todo el en terreno de juego salvo correr. Bateaba, hac¨ªa toques de bola, fildeaba su posici¨®n. Sab¨ªa jugar el juego.
Dusty Baker
IMPACTO EN EL CLUBHOUSE
A lo largo de todo, los compa?eros de Valenzuela se maravillaban con su postura y la habilidad atl¨¦tica.
¡°Pod¨ªa hacerlo todo en un campo de b¨¦isbol, menos correr¡±, dijo su excompa?ero y actual manager de los Astros Dusty Baker. ¡°Pod¨ªa batear, pod¨ªa tocar la bola y fieldear su posici¨®n. Sab¨ªa c¨®mo jugar. Fue una inyecci¨®n de aire fresco y de juventud con el conocimiento de c¨®mo jugar este deporte¡±.
En el clubhouse, el mexicano demostr¨® su juventud y destellos de una personalidad carism¨¢tica. Era bromista e impresion¨® a sus compa?eros con otra habilidad que nadie esperaba.
¡°Era impresionante con el lazo¡±, dijo el exreceptor de los Dodgers Mike Scioscia, quien hac¨ªa bater¨ªa con el mexicano. ¡°Pod¨ªa hacer cualquier cosa con el lazo¡±.
Finalmente, Valenzuela carg¨® con su primera derrota de la temporada ¨C y de su carrera ¨C el 18 de mayo, cuando permiti¨® cuatro carreras en siete entradas ante los Filis. Sigue siendo el ¨²nico jugador en las Mayores desde 1945 en ganar sus primeras ocho salidas en su carrera.
¡°En esos ocho juegos todo sali¨® bien. Un buen apoyo de la ofensiva, buena defensa¡±, dijo Valenzuela, quien se convirti¨® en el primero -- y hasta ahora ¨²nico -- lanzador en ganar el Novato del A?o y el Cy Young en una misma temporada. ¡°Todo se combin¨® para sacar esas victorias¡±.
El mundo del b¨¦isbol ¨Cdentro y fuera del terreno ¨C nunca volvi¨® a ser el mismo.
UN ?CONO CULTURAL
D¨¦cadas antes de aparecer en escenarios y pantallas de todo el mundo, el comediante George L¨®pez era un joven aficionado de los Dodgers. Su lugar favorito era el Dodger Stadium y las noches en las que lanzaba Valenzuela eran m¨¢gicas.
¡°El hecho de ser mexicano y tan bueno y tener tanta humildad en una racha as¨ª, fue inspiracional¡±, dijo L¨®pez. ¡°No fue una inyecci¨®n en el brazo, sino directo al coraz¨®n, porque nos dio a alguien que amar¨ªamos por siempre. Especialmente en L.A. Este chico nos sigue inspirando. Sigue movi¨¦ndonos. Cambi¨® nuestras vidas¡±.
Los abuelos de L¨®pez lo convirtieron en aficionado de los Dodgers a finales de la d¨¦cada de 1960 y su familia sigui¨® asistiendo a los juegos a lo largo de los 70, vistiendo los ic¨®nicos colores azul y blanco. Su primera probada de la Fernandoman¨ªa fue el 27 de abril de 1981, cuando desde las gradas del jard¨ªn izquierdo vio al mexicano lanzar un blanqueo de siete hits y dar tres imparables, en la victoria 5-0 ante los Gigantes. Fue el quinto juego de la racha de ocho de Valenzuela.
El estadio ten¨ªa un ambiente electrizante, recuerda L¨®pez. Pero siempre estaba as¨ª cuando Valenzuela estaba en la loma. El comediante de ascendencia mexicana a¨²n se r¨ªe cuando recuerda una inesperada visita a la loma que fue acompa?ada por una erupci¨®n del repleto estadio.
¡°Yo estaba ah¨ª cuando una chica se lanz¨® al terreno y lo bes¨®. Ella abri¨® sus brazos en el aire y lo abrazo¡±, dijo L¨®pez. ¡°Si miras el video, todos en el estadio pensamos lo mismo: ¡®Tal vez fue ella quien lo bes¨®, pero todos lo hicimos tambi¨¦n¡¯. Todos quer¨ªamos acercarnos a ¨¦l y abrazarlo. Ella era como nosotros, corriendo con una camiseta de los Dodgers con un ic¨®nico 34 en su espalda. Esa no era una camisera oficial. Ella la hizo¡±.
A?os m¨¢s tarde, L¨®pez tuvo su propio momento cuando sali¨® con el n¨²mero 34 de los Dodgers, acompa?ado de ¡°LOPEZUELA¡± en su espalda, para lanzar el pitcheo ceremonial en un juego de los Dodgers en casa en el 2012.
Para mi generaci¨®n, estoy hablando de la Generaci¨®n X, los hijos de inmigrantes mexicanos que se criaron en el sur de California en los a?os 80, no es un mito, fue un h¨¦roe.
Gustavo Arellano
Hay innumerables historias de inmigrantes mexicanos y mexico-americanos en Los ?ngeles como las de L¨®pez. La Fernandoman¨ªa no se trataba s¨®lo de b¨¦isbol. Era un fen¨®meno cultural que marc¨® a una comunidad minoritaria.
¡°Hoy en d¨ªa, Fernando es visto casi como un mito porque su carrera como jugador termino en los 90, antes de que muchos de la generaci¨®n actual nacieran¡±, dijo en su momento Gustavo Arellano, columnista de Los ?ngeles Times que cubre el sureste californiano. ¡°Conocen su forma de lanzar, su victoria en la Serie Mundial, sus grandes lentes y todo eso. Tambi¨¦n reconocen su voz por las transmisiones de los Dodgers en espa?ol¡±.
¡°Para mi generaci¨®n, hablo de la Generaci¨®n X, los hijos de mexicanos inmigrantes que crecieron en el sureste de California en la d¨¦cada de 1980, no es un mito, es un h¨¦roe¡±, dijo Arellano, hijo de inmigrantes mexicanos. ¡°Fue un mexicano que destruy¨® a la competencia. Los padres quer¨ªan que sus hijos fueran los pr¨®ximos Valenzuela y todos nosotros, lo ni?os, imit¨¢bamos su manera de lanzar, viendo hacia el cielo, con las manos en el aire y todo eso. Era uno de nosotros y quer¨ªamos ser como ¨¦l¡±.
EL ¡°TIRABUZ?N¡±
Valenzuela no fue el primer lanzador en tirar el lanzamiento de tirabuz¨®n (screwball). Un c¨¦lebre miembro del Sal¨®n de la Fama, Christy Mathewson, ten¨ªa un pitcheo que se ¡°desvanec¨ªa¡± a principios de la primera d¨¦cada del siglo XX, y otro residente de Cooperstown, Carl Hubbell, quien lanz¨® por 16 temporadas comenzando en 1928, tiraba un env¨ªo similar. El Sal¨®n de la Fama Warren Spahn, Tug McGraw y el ex lanzador de los Dodgers, Mike Marshall, tambi¨¦n lanzaban tirabuzones.
El screwball es b¨¢sicamente una curva en reverso con la que el pitcher trabaja b¨¢sicamente a la misma velocidad como si estuviese tirando su recta. Le funcion¨® al zurdo Valenzuela porque el pitcheo romp¨ªa hacia el cuerpo de los bateadores zurdos y se alejaba de los derechos, mientras que un pitcheo rompiente tradicional hace lo opuesto. El tirabuz¨®n es dif¨ªcil de aprender, todav¨ªa m¨¢s complicado de lanzar y bien riesgoso para la salud por toda la presi¨®n que se pone en el brazo. Tambi¨¦n es un pitcheo efectivo, especialmente si se mezcla con un arsenal como el que ten¨ªa Valenzuela.
El lanzamiento siempre ha sido cuesti¨®n de riesgo y recompensa, con m¨¢s riesgo, pero Fernando sab¨ªa exactamente c¨®mo manejarlo.
Orel Hershiser
Valenzuela, de hecho, tiraba tres tirabuzones, y usaba cada uno de ellos dependiendo de la situaci¨®n. La que se ca¨ªa derecho en la zona de strike era la mejor contra los bateadores disciplinados. La que romp¨ªa de lado a lado afuera de la zona de strike era la adecuada contra los toleteros que sol¨ªan hacer mucho swing. Fernando tambi¨¦n tira una m¨¢s lenta que probablemente se quedaba mucho tiempo sobre el plato, pero igual le serv¨ªa para mantener desbalanceados a los bateadores cuando la mezclaba con sus otros pitcheos.
¡°Mi slider no era muy buena. Ten¨ªa una recta y una curva que era buena, pero quiz¨¢s un screwball, un pitcheo que se mueve en la direcci¨®n opuesta de la curva, pod¨ªa ayudar¡±, dijo Valenzuela. ¡°Casi siempre es m¨¢s f¨¢cil para un pitcher zurdo tirar ese tipo de pitcheos¡±.
Bobby Castillo, lanzador de los Dodgers, le ense?¨® a Valenzuela a tirar el lanzamiento de tirabuz¨®n en el invierno de 1979 por petici¨®n del legendario scout cubano Mike Brito, quien los firm¨® a los dos. Menos de un a?o despu¨¦s, Valenzuela hizo su debut en las Grandes Ligas. En 1981, naci¨® la Fernandoman¨ªa.
¡°Es un pitcheo que las organizaciones reamente ya no quieren ense?ar m¨¢s¡±, dijo el comentarista de los Dodgers, Orel Hershiser, compa?ero de equipo de Valenzuela en Los ?ngeles entre 1983 y 1990. Si un pitcher lo ten¨ªa o parec¨ªa que pod¨ªa desarrollarlo, los Dodgers eran un poco m¨¢s dados a experimentar en aquel entonces lo que lo respecto a los pitchers. Siempre ha sido un lanzamiento riesgoso, pero Fernando sab¨ªa exactamente lo que estaba haciendo¡±.
CONECTANDO CULTURAS
Los ?ngeles estaba cambiando mucho cuando la Fernandoman¨ªa estall¨® en 1981. La ciudad estaba celebrando su 200mo aniversario y la poblaci¨®n latina creciendo y creciendo. El amplio y controversial debate sobre el aumento de la inmigraci¨®n latina sirvi¨® como tel¨®n de fondo mientras el sentimiento antimexicano, en algunos casos poniendo en contra a mexicoamericanos y personas nacidas en M¨¦xico que acababan de llegar, estaba en ascenso. En el verano de 1981, el reci¨¦n electo presidente de Estados Unidos y ex gobernador de California, Ronald Regan, emiti¨® la Declaraci¨®n sobre la Pol¨ªtica de Refugiados e Inmigraci¨®n de Estados Unidos. Cinco a?os despu¨¦s, firm¨® la Ley de Control y Reforma de la Inmigraci¨®n de 1986.
¡°A principios de los 80, todav¨ªa segu¨ªa esta tremenda ola migratoria de M¨¦xico que trajo a mis padres, a todos mis amigos, y a los padres de mis amigos¡±, dijo Arellano. ¡°Hab¨ªa todos estos problemas en el sur de California, donde dominaba la cultura blanca, porque la gente estaba diciendo, ¡®Bueno, esto ser¨¢ cultura mexicana en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas, ?qu¨¦ vamos a hacer al respecto? As¨ª que, Fernando, de distintas maneras, aunque nunca tuvo que decirlo, fue un puesto para dejarle saber a los estadounidenses que ¡®Miren, todo va a estar bien. Estos mexicanos son como ustedes. Quieren jugar para los Dodgers, ser fan¨¢ticos de los Dodgers y los Dodgers est¨¢n ganando por un mexicano¡¯. No estoy diciendo que Fernando cur¨® todo el racismo en el sur de California, pero definitivamente fue un puesto para dejarle saber a la gente que ¨¦ramos gente buena¡±.
Los Dodgers se movieron de Brooklyn a Los ?ngeles despu¨¦s de la temporada de 1957 y jugaron sus primeras cuatro temporadas en el Coliseo de Los ?ngeles. La larga relaci¨®n del equipo con las comunidades mexicanas y mexicoamericanas es compleja. Los Dodgers fueron uno de los primeros equipos en buscar con un v¨ªnculo con la audiencia latina con transmisiones en espa?ol. El propietario del club, Walter O¡¯Malley, hablaba sin tapujos de sus ganas de encontrar un ¡°Sandy Koufax mexicano¡±.
La historia del equipo con Ch¨¢vez Ravine, la zona en la que se construy¨® Dodger Stadium, est¨¢ bien documentada.
En su libro, ¡°Stealing Home¡±, Eric Nusbaum detalla como el equipo termin¨® con Dodger Stadium, espec¨ªficamente como tres vecindarios mexicanos ¨C Palo Verde, La Loma y Bishop ¨C fueron destruidos para abrir paso a un proyecto residencial que fue cancelado luego en medio de la histeria por la supuesta propagaci¨®n del comunismo y la especulaci¨®n del mercado de bienes ra¨ªces. Unas pocas familias se rehusaron a abandonar sus hogares, incluso luego de que la ciudad le vendiera el terreno a O¡¯Malley para hacer el estadio. Aquello termin¨® en un violento conflicto entre una familia, los Ar¨¦chigas, y la polic¨ªa del condado de L.A. en 1959.
Tres a?os despu¨¦s, Dodgers Stadium abri¨® sus puertas el 10 de abril de 1962 sobre aquella misma tierra.
¡°No te puede gustar lo que pas¨® en Ch¨¢vez Ravine e igual amar a los Dodgers¡±, dijo Arellano, que tambi¨¦n ense?a Estudios Chicanos en Cal State Fullerton.
Algo es seguro: Valenzuela rompi¨® barreras. Es parte de un grupo de jugadores a quienes se les consideraba forasteros y que cambiaron el panorama del juego al entrar.
Las gestas de Valenzuela atrajeron a miembros de todas las comunidades de Los ?ngeles al parque de pelota, incluyendo algunos pocos fan¨¢ticos bien poco probables: aquellos desplazados por la construcci¨®n de Dodger Stadium. Sin embargo, su presencia no hizo olvidar las cosas negativas ocurridas incluso antes de su nacimiento. Muchas de las familias impactadas todav¨ªa se reh¨²san a ir a Dodger Stadium.
¡°Fernando era una persona y obviamente fue un ¨¦xito masivo, y efectivamente lleg¨® a muchos mexicoamericanos al parque, pero no es como si de un golpe cada persona de esas comunidades dijo, ¡®Gracias a Fernando, vamos a cambiar nuestros sentimientos e ir a juegos de los Dodgers¡¯¡±, dijo Nusbaum. ¡°Es simplemente que lo que estaba haciendo Fernando era demasiado emocionante y mucha gente quer¨ªa ir a los juegos de los Dodgers¡±.
La Fernandoman¨ªa uni¨® la ciudad, le dio a todos algo por lo que aplaudir juntos¡±, continu¨® Nusbaum. ¡°Pero Fernando, que ten¨ªa 20 a?os, no dijo que iba a redimir los viejos pecados c¨ªvicos de Los ?ngeles, de los constructores, el ¡°Red Scare¡±, los activistas progresistas y el racismo. Es una responsabilidad rid¨ªcula para asign¨¢rsela a ¨¦l y es un asunto mucho m¨¢s complicado que eso¡±.
Una cosa s¨ª es cierta: Valenzuela rompi¨® barreras. Es parte de un grupo de jugadores que una vez fueron considerados extra?os y que cambiaron el panorama del juego con su arribo. La lista empieza con Jackie Robinson para los afroamericanos y tambi¨¦n incluye a Hideo Nomo e Ichiro Suzuki para los japoneses, Chan Ho Park para los coreanos, Tony Lazzeri para los italoamericanos y Al Simmons (Szymanski) para los polaco-americanos.
¡°Lo que la Fernandoman¨ªa hizo para los Dodgers fue construir generaci¨®n tras generaci¨®n de fan¨¢ticos mexicoamericanos¡±, dijo el historiador oficial de MLB, John Thorn. ¡°La comunidad mexicoamericana siempre ha sido bien grande en Los ?ngeles, pero no estaba vinculada con los Dodgers cuando llegaron desde Brooklyn. No creo que sea exagerado decir que, para las comunidades mexicoamericanas, Valenzuela fue un h¨¦roe como Hank Greenberg lo fue para los Jud¨ªos. Hizo que todo el mundo se sintiera m¨¢s importante y bienvenido. Iban al estadio a verlo a ¨¦l¡±.
Lyle Spencer, que cubri¨® a los Dodgers para el Herald Examiner de Los ?ngeles entre 1977 y 1981, trabaj¨® como tutor de ingl¨¦s de Valenzuela durante el Spring Training de 1981. El reportero hablaba espa?ol y si bien las lecciones de ingl¨¦s se extendieron por pocas semanas, se construy¨® una buena relaci¨®n que todav¨ªa mantienen. Spencer, que creci¨® en el sur de California, vio como Valenzuela se transformaba de un joven reservado a un fen¨®meno mundial. Y vio a una ciudad entera lo acog¨ªa.
¡°Cuando comenc¨¦ a cubrir a los Dodgers en los a?os 70, estimo que quiz¨¢s el 10% del p¨²blico era latino¡±., dijo Spencer, cuya carrera de 47 a?os incluy¨® paradas en California, Colorado, Nueva York, Texas y MLB.com. ¡°Y lleg¨® Fernando y de un golpe los latinos se identificaron con ¨¦l. Fue algo inmediato y muy poderoso. Y se ha mantenido, al punto de que realmente creo que la mitad del p¨²blico que asiste ahora a Dodger Stadium son latinos¡±.
POSTEMPORADA PARA EL RECUERDO
Tras liderar la liga en aperturas, blanqueadas, entradas lanzadas y ponches en una temporada que le vali¨® el Premio Cy Young y la condici¨®n de Novato del A?o, Fernando Valenzuela no hab¨ªa terminado de dejar su huella en la campa?a de 1981 de los Dodgers.
Para nada.
La sensaci¨®n mexicana continu¨® su dominio en la postemporada, la m¨¢s larga para ese entonces debido a la huelga de aquel verano. Valenzuela hizo cinco aperturas en octubre, dos de las cuales fueron con los Dodgers enfrentando la eliminaci¨®n.
Valenzuela dio la cara para el campeonato de los Dodgers
Ninguna de las presentaciones ser¨ªa m¨¢s recordada que el Juego 3 de la Serie Mundial en el Dodger Stadium, con Los ?ngeles abajo 0-2 en el Cl¨¢sico de Oto?o. No era un partido de eliminaci¨®n, pero un partido m¨¢s que crucial. Los tambaleantes tres innings de Fernando, la decisi¨®n del manager Tommy Lasorda y la valiente actuaci¨®n de Fernando sin su mejor material fue un ¨²ltimo acto espectacular de la Fernandoman¨ªa en 1981. Y cambi¨® el rumbo de la Serie Mundial a favor de los Dodgers.
?SAL?N DE LA FAMA?
Valenzuela es miembro del Sal¨®n de la Fama del B¨¦isbol Mexicano, del Sal¨®n de la Fama del B¨¦isbol del Caribe y del Sal¨®n de la Fama del Deporte de California. Tambi¨¦n obtuvo el Premio Nacional del Deportee en M¨¦xico, el galard¨®n deportivo m¨¢s importante en M¨¦xico, en noviembre pasado. M¨²ltiples implementos utilizados durante su ilustre carrera se encuentran en el Sal¨®n de la Fama de Cooperstown, pero no ha sido exaltado.
No est¨¢ claro si eso ocurrir¨¢ alg¨²n d¨ªa.
¡°El legado de Fernando, para m¨ª, es similar al del cubano Minnie Mi?oso, otro pionero¡±, dijo Thorn. ¡°Los dos son dos merecedores candidatos para el Sal¨®n de la Fama si no se utilizan s¨®lo estad¨ªsticas como criterio. Son h¨¦roes ¨¦tnicos. H¨¦roes culturales. Valenzuela no es el primer mexicano o el primero mexicoamericano que lleg¨® a las Grandes Ligas. Hubo mexicanos que llegaron a los Mayores en los a?os 30, pero lo que hace distinto a Fernando fueron las peculiares circunstancias en las que los Dodgers de Brooklyn llegaron a Los ?ngeles y lo que ¨¦l represent¨® para la gente all¨ª¡±.
Valenzuela recibi¨® el 6.2% de los votos de la Asociaci¨®n de Escritores de B¨¦isbol de Estados Unidos en su primer a?o de elegibilidad en el 2003 y sali¨® de la boleta tras conseguir s¨®lo el 3.8% de apoyo en el 2004. Su pr¨®xima oportunidad para ser exaltado ser¨¢ cuando se re¨²na el Comit¨¦ de la Era Moderna ¨C un grupo de 16 miembros integrados por jugadores del Sal¨®n de la Fama, directivos y experimentados miembros de los medios de comunicaci¨®n ¨C en el a?o 2023 para la exaltaci¨®n del 2024.
¡°Nunca consigui¨® suficiente apoyo¡±, dijo Spencer. ¡°Yo siempre he visto al Sal¨®n de la Fama de una forma distinta a la de la mayor¨ªa de los votantes. Para m¨ª, se trata de lo que hiciste por el juego y c¨®mo impactaste el deporte. Hay ciertos peloteros que, para m¨ª, causaron un impacto que va mucho m¨¢s all¨¢ de cualquier an¨¢lisis num¨¦rico o criterios est¨¢ndar que usan la mayor¨ªa de los votantes. Sus n¨²meros sin bien impresionantes, en mi opini¨®n, pero no lanz¨® lo suficiente y ese para m¨ª es su ¨²nica desventaja¡±.
Una alta cantidad de lanzamientos en una ¨¦poca en la que a nadie le importaba cu¨¢ntos pitcheos hac¨ªa un pitcher, cientos de innings lanzadores cada a?o cuando ese tipo de carga de trabajo era la norma, y el estr¨¦s creado sobre su hombro al tirar constantemente su screwball abreviaron la carrera de Valenzuela y ultimadamente truncaron su candidatura al Sal¨®n de la Fama. Nunca se quej¨® de los dolores y las molestias, algo que tambi¨¦n tuvo un impacto en sus opciones. En un punto, el zurdo hizo 255 aperturas consecutivas antes de entrar por primera vez a la lista de lesionados en 1988 debido a problemas en el hombro, algo que termin¨® cost¨¢ndole dos meses de temporada y la posibilidad de lanzar en otra Serie Mundial.
¡°Hay pitchers que tiraban ese pitcheo de tirabuz¨®n bien duro y ellos son los que terminaron con problemas en el brazo¡±, dijo Thorn. ¡°Fernando, que no ten¨ªa una recta muy fuerte, consegu¨ªa muchos ponches por el screwball y porque adem¨¢s lo lanzaba duro. Tirar ese pitcheo una y otra vez puede traer consecuencias¡±.
Valenzuela, de cualquier manera, tiene un interesante caso para el Sal¨®n de la Fama. Durante sus seis mejores temporadas, entre 1981 y 1986, dej¨® 2.97 de EFE en 1,537 innings con 84 juegos completos y 26 blanqueos. Tuvo 118 de EFE+ y 288 de FIP con 33.5 de WAR. En comparaci¨®n, el WAR de Koufax durante sus mejores siete a?os fue de 46. Valenzuela tambi¨¦n lanz¨® 251 innings en 1987.
Valenzuela se retir¨® con 41.5 de WAR, 3.54 de EFE, 2,930 innings lanzados, 2,074 ponches y 1.32 de WHIP. Tir¨® 113 juegos completos, incluyendo 31 blanqueos.
¡°Yo he pasado 20 a?os tratando de argumentar a favor de est¨¢ndares basados en lo hecho en el terreno para el Sal¨®n de la Fama y utilizando estad¨ªsticas avanzadas para tratar de dejar a un lado algunas de las superficialidades y pienso que est¨¢ claro que cuando uno ve a Fernando Valenzuela, es uno de numerosos pitchers que caen en ese terreno de ¡®qu¨¦ pudo haber sido¡¯¡±, dijo Jay Jaffe, escritor de FanGraphs y autor del libro ¡°The Cooperstown Casebook: Who's in the Baseball Hall of Fame, Who Should Be In¡±. ¡°Empez¨® su carrera con mucha fuerza, probablemente tambi¨¦n porque lanz¨® demasiado, pero eso dista de ser algo ¨²nico, porque podemos hablar de docenas de otros ganadores del Cy Young que nunca volvieron a alcanzar ese nivel¡±.
Los ¨²nicos zurdos en el Sal¨®n de la Fama con una efectividad tan alta como la de Valenzuela son Herb Pennock (3.60), cuya carrera comenz¨® en 1912, y Tom Glavine (3.54), que lanz¨® en la ¨¦poca de los esteroides. De los 15 lanzadores zurdos en Cooperstown, s¨®lo Lefty G¨®mez (2,503) y Koufax (2,2324.1) tiraron menos innings que Valenzuela. El ¨²nico zurdo en el Sal¨®n de la Fama con un WAR menor al de Fernando es Rube Marquard (32.5), que empez¨® a lanzar en 1908.
Pero incluso Jaffe, un veterano periodista que se basa principalmente en los n¨²meros a la hora de argumentar sobre el caso de un jugador para el Sal¨®n de la Fama, tiene a Valenzuela en un lugar especial. Su familia ha sido siempre fan¨¢tica de los Dodgers desde los d¨ªas de su abuelo en Brooklyn. En 1981, cuando ten¨ªa apenas 11 a?os, Jaffe sol¨ªa recortar los box scores de los juegos de Valenzuela en el peri¨®dico y pegarlos en un cuaderno. Cuarenta a?os despu¨¦s, todav¨ªa los conserva.
¡°Estoy abierto a la idea de que el b¨¦isbol deber¨ªa reconocer a m¨¢s estas figuras culturales en el Sal¨®n de la Fama¡±, acot¨® Jaffe. ¡°Se puede argumentar que hay varios pioneros modernos que ayudaron a abrir las puertas del b¨¦isbol en distintas formas y que deber¨ªan ser miembros del Sal¨®n de la Fama¡±.
EL LEGADO
Ning¨²n jugador utiliz¨® el Nro. 34 de Valenzuela desde que fue dejado en libertad por el equipo en 1991, y su n¨²mero fue retirado por los Dodgers en el 2003.
¡°Es irremplazable. Cuando piensas en nuestra historia particular, de la que estamos tan orgullosos y de la que hablamos todos los d¨ªas, no puedes hacerlo sin mencionar el impacto de Fernando¡±, dijo el presidente de los Dodgers, Stan Kasten. ¡°Tenemos a Jackie Robinson, y todos conocemos su estatus en la cultura popular. Luego tenemos a Sandy Koufax, que convirti¨® en un ¨ªcono para los emigrantes del este de Europa que estaban tratando de asimilarse a Estados Unidos en aquel momento. Y luego la pr¨®xima ola fue Fernando, que captur¨® la atenci¨®n de todos los fan¨¢ticos hispanos¡±.
Los otros n¨²meros retirados por los Dodgers son los de Peewee Reese (Nro. 1), el manager Tommy Lasorda (Nro. 2), Duke Snider (Nro. 4), Don Sutton (Nro. 20), el manager Walter Alston (Nro. 24), Sandy Koufax (Nro. 32), Roy Campanella (Nro. 39), Jackie Robinson (Nro. 42) y Don Drysdale (Nro. 53). La ¨²nica excepci¨®n es Jim Gilliam (Nro. 19), el coach de primera base del equipo que falleci¨® antes de iniciarse la Serie Mundial de 1978.
Lo us¨¦ como cualquier otro n¨²mero. Cuando llegu¨¦ en 1989, estaba en mi casillero. Me asignaron ese n¨²mero. ¡ Si alguien m¨¢s que lo puede usar, eso no es problema. Los n¨²meros est¨¢n ah¨ª para usarse.
En el 2019, Valenzuela se uni¨® a Don Newcombe y Garvey como parte del primer grupo de Leyendas de los Dodgers, en reconocimiento por su impacto en la franquicia dentro y fuera del terreno. Los honrados tienen una placa exhibida permanentemente en Dodger Stadium.
¡°Hemos tenido tantos jugadores grandiosos que si tratamos de retirar los n¨²meros de todos que tienen m¨¦ritos entonces tendr¨ªamos que usar tres d¨ªgitos en nuestros uniformes¡±, acot¨® Kasten. ¡°Mucho antes de que lleg¨¢ramos aqu¨ª, establecieron una forma de proceder, con la que estoy de acuerdo, y es que vamos a retirar s¨®lo n¨²meros de jugadores que est¨¢n en el Sal¨®n de la Fama. ?Pero c¨®mo podemos honrar a tantos otros jugadores grandiosos? Creamos esta nueva categor¨ªa de peloteros, llamados Leyendas de los Dodgers, en nuestra nueva plaza detr¨¢s del jard¨ªn central. Fernando estuvo en el grupo inaugural por el impacto que tuvo y sigue teniendo entre nuestros fan¨¢ticos¡±.
?Se retirar¨¢ alg¨²n d¨ªa el n¨²mero 34 de Fernando?
En su pa¨ªs natal, la Liga Mexicana de B¨¦isbol retir¨® el Nro. 34 de Valenzuela en el 2019. Cinco a?os antes, una estatua de Valenzuela fue erigida en la entrada del Estadio de B¨¦isbol Charros de Jalisco in Guadalajara.
Todas esas cosas los enorgullecen, pero Valenzuela le resta importancia a sus logros, y ciertamente no est¨¢ en campa?a buscando reconocimiento. Est¨¢ en paz con su legado y su lugar en la historia del b¨¦isbol. El legendario movimiento naci¨® hace 40 a?os lo ha convertido en un inmortal.
Viva la Fernandoman¨ªa. Larga vida a la Fernandoman¨ªa.
¡°Siempre me preguntan cu¨¢l es la situaci¨®n, con todo eso de Cooperstown¡±, dijo Fernando. ¡°Yo les digo, ¡®Miren, para m¨ª, el afecto y que la gente reconozca lo que he logrado es m¨¢s importante que estar en el Sal¨®n de la Fama. Lo he dicho desde el principio y lo sigo creyendo. Mucha gente aprecia lo que hice y eso es algo que siempre voy a recordar. Ese apoyo siempre estuvo ah¨ª. Cuarenta a?os despu¨¦s, las memor¨ªas todav¨ªa est¨¢n ah¨ª¡±.