¡°Nos hac¨ªa re¨ªr¡±. Fernando dej¨® huella entre sus compa?eros
Con motivo del lamentable fallecimiento de Fernando Valenzuela a los 63 a?os, en LasMayores.com decidimos presentar una serie de momentos destacables e hist¨®ricos de protagonismo de la leyenda mexicana de los Dodgers.
Hace poco m¨¢s de cuatro d¨¦cadas, un zurdo de Etchohuaquila, Sonora, M¨¦xico, llamado Fernando Valenzuela cautiv¨® al mundo beisbolero cuando empez¨® la temporada de 1981, ganando las primeras ocho aperturas de su carrera de Grandes Ligas por los Dodgers. Cuarenta y tres a?os despu¨¦s, la actuaci¨®n de Valenzuela durante dicha racha¡ªsiete juegos completos, cinco blanqueadas y efectividad de 0.50 en 72.0 innings¡ªnos sigue dejando boquiabiertos.
El legado de Valenzuela proviene no solamente de lo que hizo en el terreno con su devastador tirabuz¨®n (screwball), sino del impacto que tuvo fuera de ¨¦l. Con su comienzo improbable, el sonorense captur¨® la imaginaci¨®n del mundo beisbolero. En alg¨²n momento de aquellas primeras semanas de la campa?a 1981, a ese fen¨®meno se le asign¨® un apodo: Fernandoman¨ªa. Y se manifestaba en estadios atestados, m¨¢s adicional presencia period¨ªstica donde quiera que iban los Dodgers, y los aplausos de aficionados de origen latino, dentro y m¨¢s all¨¢ de Los ?ngeles, cuyo inter¨¦s en el b¨¦isbol Valenzuela desat¨® por primera vez.
El ex receptor Mike Scioscia, quien disput¨® toda su carrera de 1980 a 1992 con los Dodgers, se?ala que hab¨ªa m¨¢s ¡°energ¨ªa¡± en el Dodger Stadium cuando lanzaba Valenzuela, mientras que el capataz de los Astros, Dusty Baker, quien patrull¨® los jardines por los Dodgers de 1976-83, compara el ambiente en los partidos de Valenzuela al b¨¦isbol invernal de M¨¦xico.
¡°Todos los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica estaban representados cuando ¨¦l lanzaba, no solamente M¨¦xico¡±, recuerda Baker. ¡°Estoy hablando de El Salvador, Nicaragua. Hab¨ªa banderas¡±.
Sin embargo, para los integrantes de aquellos Dodgers del 81, el recuerdo que perdura de esa temporada acortada por la huelga no fue la algarab¨ªa que gener¨® Valenzuela, sino su rol en ayudar al club alcanzar¡ªy ganar¡ªla Serie Mundial. El joven Valenzuela le puso la chispa a un equipo veterano que hab¨ªa disputado tres Cl¨¢sicos de Oto?o en la d¨¦cada de los 70, pero que no ganaba un campeonato desde 1965.
¡°La sensaci¨®n era que a este equipo se le estaba acabando el tiempo para ganar un campeonato¡±, recuerda el inicialista Steve Garvey, quien milit¨® por Los ?ngeles de 1969-82. ¡°Y resulta que este joven novato se convirti¨® en lo que se puede argumentar fue la pieza clave¡±.
Valenzuela termin¨® como el primer lanzador¡ªy hasta la fecha, el ¨²nico¡ªque ha sido reconocido como Novato del A?o y ha ganado el Premio Cy Young en la misma campa?a. Tambi¨¦n dio la cara en la postemporada. Luego de registrar efectividad de 1.71 en cuatro aperturas entre los primeros dos rounds de los playoffs, Valenzuela lanz¨® toda la ruta y luch¨® para darles a los Dodgers una victoria sobre los Yankees en un Juego 3 crucial de la Serie Mundial, ya que Los ?ngeles se encontraba abajo 0-2. Los Dodgers ganaron dicho compromiso 5-4 y terminaron coron¨¢ndose en seis juegos.
¡°Me ayud¨® mucho estar en un equipo ya con algunos a?os en el b¨¦isbol y m¨¢s aqu¨ª en Los ?ngeles¡±, dijo Valenzuela. ¡°Creo que eso fue una gran ayuda tambi¨¦n para m¨ª, de sentirme c¨®modo en ese grupo. No vamos a decir protegi¨¦ndome, sino ayud¨¢ndome m¨¢s bien en lo que uno carec¨ªa de experiencia, de c¨®mo hay que llevar las cosas en el terreno y fuera del terreno de juego¡±.
La actuaci¨®n de Valenzuela como novato tom¨® a muchas personas por sorpresa. Pero sus compa?eros de equipo r¨¢pidamente lo comenzaron a ver no como un fen¨®meno, sino como una pieza crucial de su equipo.
¡°Me sorprend¨ª por su edad¡±, dice Baker. ¡°Pero despu¨¦s de un tiempo, dejamos de sorprendernos. Depend¨ªamos de Fernando¡±.
Un atleta incre¨ªble
Baker, quien aprendi¨® algo de espa?ol cuando jug¨® pelota invernal en M¨¦xico y tiene familiares mexicanos, le dec¨ªa ¡°estrella¡± a Valenzuela, quien sonre¨ªa y respond¨ªa, ¡°t¨² [eres la] estrella¡±.
¡°Con toda la fama y todo lo que logr¨®, sigui¨® siendo Fernando¡±, dijo Baker.
Baker recuerda a Valenzuela en el dugout de los Dodgers, haciendo malabares con una bola tejida.
¡°Pod¨ªa mantener esa cosa en el aire durante 20 minutos sin que tocara el suelo¡±, dice Baker. ¡°Iba de un pie a otro, al codo, de regreso a los pies. Considera que ¨¦sa es una de las cosas m¨¢s incre¨ªbles que he visto. He escuchado que es estupendo jugando golf, y no me sorprende para nada¡±.
La experiencia de jugar junto a Valenzuela ha influenciado a Baker durante su carrera como manager de las Mayores, la cual empez¨® con los Gigantes de San Francisco en 1993 y ha abarcado cinco equipos y casi tres d¨¦cadas.
En 1980, el a?o en que Valenzuela hizo su debut de Grandes Ligas, los Dodgers y los Astros midieron fuerzas en un playoff de un juego para definir el ganador de la Divisi¨®n Oeste de la Liga Nacional. Aunque Valenzuela hab¨ªa lanzado 15.2 innings en blanco como relevista desde que hab¨ªa sido convocado en septiembre, el manager Tommy Lasorda le dio la bola al veterano David Goltz. Los Dodgers terminaron perdiendo el partido 7-1.
Para bien o para mal, la decisi¨®n de Lasorda de no poner a Valenzuela a abrir aquel juego persigui¨® a Baker. Trece a?os despu¨¦s, en su primer a?o dirigiendo a los Gigantes, Baker infamemente le dio la bola a un novato, el dominicano Salom¨®n Torres, en un Juego 162 contra Los ?ngeles. Esa decisi¨®n tampoco dio resultados y la temporada de San Francisco termin¨® con una derrota por 12-1 ante los Dodgers. Pero Baker defiende su l¨®gica.
¡°La gente me critic¨® por la decisi¨®n que tom¨¦ y por qu¨¦ me fui con Salom¨®n, y fue porque no nos fuimos con Fernando en aquel juego [en 1980]¡±, dijo Baker. ¡°Creo que si tuviera que volverlo a hacer, eso es lo que har¨ªa¡±.
Compa?eros de bater¨ªa
Cuando Scioscia recuerda el pitcheo insignia de Valenzuela, el tirabuz¨®n, recuerda el sonido que hac¨ªa mientras se acercaba al plato.
¡°Cuando puedes escuchar la rotaci¨®n de la bola, sabes que hay un alto ¨ªndice de rotaci¨®n y que el lanzamiento va a romper bruscamente¡±, dijo Scioscia. ¡°A veces se escucha con las curvas y los sliders de los lanzadores. El tirabuz¨®n de Fernando giraba de una manera tan cerrada que lo escuchabas acercarse. Eso es lo que le permit¨ªa que pareciera una recta que romp¨ªa al ¨²ltimo momento¡±.
Ning¨²n receptor recibi¨® m¨¢s juegos de Valenzuela en las Mayores que Scioscia, quien estuvo detr¨¢s del plato para 345 de las 331 aperturas de temporada regular de Valenzuela con los Dodgers, incluyendo su no-hitter en 1990 contra los Cardenales de San Luis.
¡°Ten¨ªa un pulso muy lento, pod¨ªa desacelerar el partido y hacer un pitcheo¡±, dice Scioscia. ¡°Y, eso es lo que le permit¨ªa terminar tantos juegos, porque entre m¨¢s avanzaba el juego, y los bateadores se ven¨ªan m¨¢s encima, pod¨ªa crecerse ante el reto y seguir haciendo pitcheos, seguir compitiendo¡±.
Como Baker, Scioscia sabia algo de espa?ol gracias a que jug¨® b¨¦isbol invernal en la Rep¨²blica Dominicana, lo cual le fue ¨²til cuando comenz¨® a trabajar con Valenzuela. Pero aun cuando el zurdo aprendi¨® ingl¨¦s, cada vez era menos necesario que los compa?eros de bater¨ªa se comunicaran con palabras a medida que se fueron compenetrando.
¡°En ocasiones, hasta trabajamos con se?as. ?l ya sab¨ªa decir vamos a hacer este lanzamiento. Yo nada m¨¢s dec¨ªa, ¡®no, no, no¡¯ y ¨¦l ya sab¨ªa lo que yo quer¨ªa tirar¡±, recuerda Valenzuela. ¡°Hubo una comunicaci¨®n muy buena, muy oportuna. Un entendimiento que es muy importante en un juego entre el receptor y el pitcher¡±.
Un gran bromista
Pese a su corta edad, en la lomita, Valenzuela era, para usar la palabra de Garvey, ¡°imperturbable¡±.
¡°Quiz¨¢s por dentro estaba nervioso, pero los jugadores excepcionales pueden ocular ese nerviosismo¡±, dijo Garvey. ¡°Es casi un juego de confianza. Est¨¢s tratando de proyectar eso en todo momento. ?l ten¨ªa eso a temprana edad. ?Completamente desarrollado? No. ?Pero era lo suficiente para cumplir como novato? Definitivamente¡±.
Pero por toda la madurez que demostraba en el terreno, la juventud de Valenzuela se notaba en la cueva y en el clubhouse. Sus compa?eros de equipo lo recuerdan como un bromista con un gran sentido del humor que Garvey describe como ¡°p¨ªcaro¡±.
De su parte, Baker a cada rato sent¨ªa que alguien lo tocaba en el hombro, pero no hab¨ªa nadie detr¨¢s de ¨¦l cuando se volteaba. El culpable siempre era Valenzuela.
¡°Fernando era un ni?o¡±, dijo Baker. ¡°Y salvo cuando estaba en la lomita, se comportaba como un ni?o. Nos hac¨ªa re¨ªr¡±.
Valenzuela tambi¨¦n era famoso por tener un lazo en su casillero. En muchas ocasiones, le enlaz¨® el tobillo a Scioscia mientras el careta caminaba por el camerino de los Dodgers.
¡°Era incre¨ªble con el lazo¡±, dijo Scioscia. ¡°Pod¨ªa enlazar cualquier cosa¡±.
¡°Trat¨¢ndose de un jugador joven, usualmente le toma algo de tiempo integrarse al clubhouse y tener la confianza para hacer esas cosas¡±, agreg¨® Garvey. ¡°Aun temprano en su carrera, ten¨ªa la confianza para hacerlas, lo cual creo le auguraba cosas buenas con respecto a su persona. Lo suyo iba mucho m¨¢s all¨¢ de su habilidad de rendir en el terreno¡±.