Valenzuela, gran atracci¨®n en la ruta en 1981
¡°Yo realmente creo¡±, dijo una vez el legendario narrador ecuatoriano y voz de los Dodgers en espa?ol, Jaime Jarr¨ªn, ¡°que no hay otro jugador en la historia de las Grandes Ligas que haya creado m¨¢s fan¨¢ticos nuevos que Fernando Valenzuela. Sandy Koufax, Don Drysdale, Joe DiMaggio, incluso Babe Ruth, no lo hicieron. Fernando convirti¨® a tanta gente de M¨¦xico, Am¨¦rica Central, Sur Am¨¦rica, en fan¨¢ticos. Despert¨® inter¨¦s en el b¨¦isbol en gente a la que no le importaba el b¨¦isbol¡±.
Eso, por supuesto, es imposible de probar o refutar, aunque cr¨¦annos, vamos a intentarlo.
Lo que es importante recordar ahora, cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de que la Fernandoman¨ªa tomase al b¨¦isbol por sorpresa, es lo importante que parec¨ªa todo aquello, el tipo de leyenda que se obtiene no s¨®lo por ser una estrella en el terreno ¨C aunque Valenzuela con seguridad ten¨ªa aquello ¨C sino tambi¨¦n por el mito creado afuera del diamante. Hay una diferencia entre ser ¡°famoso¡± y ser todo un ¡°fen¨®meno¡±
As¨ª que, s¨ª, puede que haya sido un novato de apenas 20 a?os que abri¨® de emergencia el D¨ªa Inaugural y luego permiti¨® s¨®lo dos carreras limpias en sus primeras siete aperturas. Pero tambi¨¦n era un joven que miraba hacia el cielo antes de lanzar, que tiraba un lanzamiento de tirabuz¨®n (screwball) que no lanzaba m¨¢s nadie, y que dominaba al deporte a pesar de un f¨ªsico que, ni entonces ni ahora, grita exactamente ¡°deportista profesional¡±.
Fue todo eso y m¨¢s. Parte era obviamente la atracci¨®n de un pitcher mexicano en el sur de California, algo con lo que Major League Baseball no contaba en aquel momento. Hasta 1980, s¨®lo dos abridores mexicanos hab¨ªan hecho 30 o m¨¢s aperturas en las Mayores. Y en el caso de los Dodgers, s¨®lo un pitcher nacido en M¨¦xico hab¨ªa lanzado para ellos, un relevista llamado Jos¨¦ Pe?a que tir¨® en 55 juegos entre 1970 y 1972.
¡°Yo nunca he visto algo as¨ª¡±, dijo Jarr¨ªn tras un mes de competencia en la temporada de 1981. ¡°Castillo (Bobby, lanzador de los Dodgers) es mexico-americano, un Chicano nacido en Los ?ngeles, pero es mucho m¨¢s grande tener a alguien de M¨¦xico. Y Fernando es del estado de Sonora, de donde vienen muchos inmigrantes a esta ¨¢rea. Los latinos somos grandes fan¨¢ticos del deporte. Siempre hemos tenido h¨¦roes deportivos, pero han sido boxeadores. Fernando tiene el potencial de convertirse en el rey de todos¡±.
Aunque Jarr¨ªn dijo que pensaba que nadie hab¨ªa creado m¨¢s nuevos fan¨¢ticos que Valenzuela, vamos a poner eso mejor como ¡°nadie ha vendido m¨¢s entradas¡±, porque al menos en ese sentido, podemos tratar de ponerlo en contexto.
Tenemos los n¨²meros de asistencia, y muchos reportes de prensa. Lo que podemos hacer es revisar aquella temporada de 1981 y ver cu¨¢ntas entradas se vendieron en cada una de sus aperturas, y c¨®mo se compara eso no s¨®lo con el resto de sus compa?eros de los Dodgers ¨C y recuerden, estos Dodgers eran un club bueno y popular, que hab¨ªa ido a la Serie Mundial en 1977 y 1980 y terminar¨ªa titul¨¢ndose en 1981¡ªsino en el contexto de la temporada 1981 e hist¨®ricamente.
¡°Yo he visto gente parada viendo el calendario de los Dodgers¡±, dijo Rico Rivera, un guardia de seguridad de Dodgers Stadium, al que citaron en una nota del San Francisco Examiner and Chronicle el 17 de mayo de 1981, ¡°simplemente contando -- uno, dos, tres, cuatro -- y luego diciendo, ¡®Vamos a comprar entradas para ese juego, el quinto, porque ah¨ª cuando va a volver a lanzar¡¯¡±.
¡°Yo no puedo recordar otra cosa igual, no por una persona¡±, dijo Ruth Gleason en el mismo art¨ªculo. Gleason era operadora telef¨®nica de los Dodgers y para entonces ten¨ªa 15 a?os trabajando para el club. ¡°Todas tienen que ver con Fernando. ?Van a pasar el juego por televisi¨®n? ?Cu¨¢ndo lanza otra vez? ?Se agotaron las entradas?¡±.
La cosa lleg¨® al punto en el que algo tan simple como sacar a un abridor distinto de la rotaci¨®n, alguien que no hab¨ªa pasado del segundo inning en ninguna de sus dos aperturas anteriores, se prestaba para teor¨ªas de conspiraci¨®n.
¡°Valenzuela originalmente hubiese lanzado su pr¨®ximo juego la noche del martes contra los Filis, lo que caus¨® que se agotaran las entradas¡±, escribieron en una nota del 15 de mayo de 1981 en el Los Angeles Times. ¡°Entonces, Tom Lasorda (el manager) sac¨® a Rick Sutcliffe de la rotaci¨®n y decidi¨® irse con cuatro abridores, moviendo a Valenzuela para el lunes. El juego del lunes tambi¨¦n est¨¢ agotado, pero los Dodgers empezaron a recibir quejas de que hab¨ªan movido la salida de Valenzuela para vender entradas. La postura de los Dodgers es que el club no hab¨ªa anunciado la rotaci¨®n, as¨ª que, si los fan¨¢ticos quer¨ªan ir contando, pues tendr¨ªan que asumir el riesgo. Los Dodgers, sin embargo, est¨¢n permitiendo cambiar las entradas del martes¡±.
Si eso suena como si los fan¨¢ticos estaban m¨¢s interesados en ver a Valenzuela que a sus compa?eros¡ pues lo estaban. Vamos a demostrarlo.
Valenzuela atrajo consistentemente a m¨¢s fans que sus compa?eros en 1981
Las 25 aperturas de Valenzuela se produjeron en 25 series distintas durante la campa?a de 1981, 12 en casa y 13 en la ruta. No podemos simplemente comparar sus salidas con las del resto de la liga, porque los Dodgers de aquella ¨¦poca consistentemente atra¨ªan a m¨¢s aficionados que nadie. (En 1980, recibieron a 600,000 fan¨¢ticos m¨¢s en casa que su m¨¢s cercano perseguidor, y fueron primeros en asistencia en 1979, 1978, 1977¡ y ya entienden el punto. Probablemente tambi¨¦n atra¨ªan a m¨¢s seguidores en la ruta que los otros clubes).
As¨ª que, en vez de eso, vamos a ser consistentes con el equipo y comparar sus presentaciones con las de los otros abridores de los Dodgers, que principalmente fueron Burt Hooton, Jerry Reuss, y Bob Welch (68 de las 110 aperturas del equipo), y ocasionalmente Dave Goltz, Sutcliffe, Ted Power y Castillo (17 m¨¢s). Welch y Reuss hab¨ªan ido al Juego de Estrellas la temporada anterior, y Reuss hab¨ªa terminado segundo detr¨¢s de Steve Carlton en la votaci¨®n del Cy Young, mientras que Hooton hab¨ªa sido segundo en 1978. No eran exactamente unos don nadie.
De las 25 series diferentes en las que lanz¨® Valenzuela, para su apertura se vendieron m¨¢s entradas en 22 ocasiones, y dos de las tres veces en las que no fue as¨ª fue a principios de abril, antes de que estuviese completamente claro lo que estaba pasando. La ¨²ltima vez, el 6 de septiembre contra los Cardenales, su apertura del domingo fue superada por la de Goltz el viernes por la noche por apenas 1,330 aficionados.
?El resto de los casos? Cada vez que lanz¨® en una serie, fue quien atrajo a m¨¢s fan¨¢ticos.
Dispar¨® la asistencia en la ruta m¨¢s que cualquier otro jugador en la historia reciente de la L.N.
?Pero por qu¨¦ detenernos en 1981? Si se pueden analizar los n¨²meros de ese a?o, podemos analizar los de cualquiera.
Las aperturas de Valenzuela llevaron un promedio de 33,273 fan¨¢ticos en la ruta, mientras que las de los otros abridores de los Dodgers atrajeron un promedio de 19,456. Se trata de un aumento de 71%, y por supuesto que quer¨ªamos saber lo siguiente: ?Eso es algo bueno? ?Grandioso? ?Alguien ha logrado algo as¨ª? As¨ª que retrocedimos hasta 1969, el comienzo de la era de las divisiones, y buscamos a todos los pitchers que hicieron al menos 10 aperturas tanto en casa como de visitante durante una temporada.
Encontramos, como seguro supon¨ªan, miles de casos. Ning¨²n pitcher de la Liga Nacional lo super¨®. Nadie le lleg¨® ni cerca.
Por supuesto, dijimos ¡°pitcher de la Liga Nacional¡± por una raz¨®n, porque hubo un lanzador de la Liga Americana al que le fue mejor. En 1971, el novato de los Atl¨¦ticos Vida Blue gan¨® tanto el Novato del A?o como el Jugador M¨¢s Valioso, y su campa?a fue, a su manera, una especie de ¡°Fernandoman¨ªa¡±. Los Atl¨¦ticos de Blue atrajeron a 28,754 fan¨¢ticos m¨¢s cuando abri¨®, pero a 13,369 cuando no fue as¨ª, lo que significa que duplic¨® la cifra del resto de sus compa?eros en lo que a asistencia respecta.
En la Liga Nacional, sin embargo, Valenzuela est¨¢ s¨®lo en la cima.
Quiz¨¢s deber¨ªamos hablar m¨¢s de Blue, porque si se est¨¢n cumpliendo 40 a?os de la Fernandoman¨ªa, bueno, es el 50mo aniversario del m¨¢gico debut de Blue. Pero en lo que a Valenzuela respecta: pr¨¢cticamente nadie ha hecho lo que hizo.
¡°Es grandioso para el b¨¦isbol, todo este asunto de la Fernandoman¨ªa¡±, dijo el futuro miembro del Sal¨®n de la Fama, Mike Schmidt, en mayo de 1981.
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La historia en entradas vendidas
Despu¨¦s de dominar en el arranque del mes, Valenzuela regres¨® a Los ?ngeles el 27 de abril y lanz¨® otro blanqueo, su cuarto en cinco juegos, bajando su efectividad a una ins¨®lita 0.20. Si se quiere trazar una l¨ªnea para decir donde empez¨® efectivamente la ¡°fiebre¡±, miren esto. En una noche de lunes, 49,478 aficionados fueron a verlo contra los Gigantes. Los otros dos juegos de la serie, iniciados por Sutcliffe y Welch, atrajeron a 10,000 fan¨¢ticos menos. Ser¨ªa una tendencia que se repetir¨ªa por el resto de la temporada.
El 8 de mayo, con la Fernandoman¨ªa a toda m¨¢quina, Valenzuela lleg¨® a Nueva York para retar a los Mets, lanzando otro blanqueo, frente a 39,848 fan¨¢ticos un viernes por la noche. Eso despu¨¦s de recibir a un total de 16,803 aficionados para la serie de tres juegos contra los Gigantes tres d¨ªas antes. Los Dodgers jugaron tambi¨¦n s¨¢bado y domingo. Entre los dos d¨ªas, entraron un total de 28,878 aficionados, m¨¢s de 10,000 menos que para ver a Fernando.
En su primer viaje a Wrigley Field, el 6 de junio, 30,556 personas pagaron para entrar al parque, una cifra ins¨®lita considerando que el d¨ªa anterior, en un tradicional juego de viernes por la tarde en Chicago, la asistencia fue de 7,815 fan¨¢ticos.
El 12 de junio la temporada se detuvo por la huelga de jugadores, pero cuando se reanudaron las acciones en agosto, la Fernandoman¨ªa estaba intacta. El primer juego de la segunda mitad fue el lunes 10 de agosto contra los Rojos, iniciado por Reuss, y 35,120 personas fueron a ver el regreso del b¨¦isbol. El tercer juego fue el mi¨¦rcoles 12 de agosto y 39,494 fan¨¢ticos dijeron presente para ver a Tom Seaver batallar con Bob Welch. El juego del medio, el 11 de agosto, lo inici¨® Valenzuela. Se vendieron 45,817 entradas.
En su ¨²ltima apertura de la ronda regular, de vuelta en Dodger Stadium, Valenzuela se midi¨® a los Padres el 1 de octubre. Fue un jueves y 38,267 seguidores fueron a verle. Casi el doble de los que se presentaron el d¨ªa anterior a ver a Hooton contra San Diego.
En total, la Fernandoman¨ªa luci¨® as¨ª:
En casa, sus aperturas atrajeron a 48,431 fan¨¢ticos en promedio, mientras que la del resto de los pitchers combinadas promediaron 40,941.
En la ruta, sus aperturas atrajeron a 33,237, mientras que la de los otros promediaron 19,456.
Tampoco se trat¨® de un asunto del d¨ªa de la semana. De alguna manera, Fernando s¨®lo abri¨® dos veces en fines de semana (viernes, s¨¢bado o domingo) en casa, y la asistencia no fue muy distinta a las del resto de los d¨ªas de la semana. Todo el asunto era el fen¨®meno Valenzuela. Y hab¨ªa que verlo en vivo.
Jarr¨ªn dijo que pensaba que nadie hab¨ªa creado m¨¢s nuevos fan¨¢ticos. Eso nunca lo sabremos. Pero en 1981, Valenzuela absolutamente atrajo a m¨¢s aficionados ¨¦l s¨®lo que casi nadie m¨¢s en la historia del juego. Es lo m¨¢s cercano a una ¡°man¨ªa¡± en el b¨¦isbol que vamos a tener.