Mejor de lo que recuerdas: Andr¨¦s Galarraga
Will Leitch/MLB.com
@williamfleitchMientras esperamos por la reanudaci¨®n del b¨¦isbol, vale la pena recordar a jugadores especiales en la historia de dicho deporte y por qu¨¦ fueron tan importantes.
Anteriormente:
Jugador: Andr¨¦s Galarraga
Carrera: Expos 1985-91, Cardenales 1992, Rockies 1993-97, Bravos 1998-2000, Rangers 2001, Gigantes 2001, Expos 2002, Gigantes 2003, Angelinos 2004
Logros: Juego de Estrellas (1988, 1993, 1997-98, 2000); Bate de Plata (1988, 1996); Guante de Oro (1989-90)
El venezolano es uno de esos jugadores cuyos nombres te hace sonre¨ªr cuando lo escuchas. Sin duda, eso se debe en parte a su alegr¨ªa que siempre iluminaba a todo un clubhouse.
Galarraga es un personaje divertido, con una historia tan inspiradora que algunos olvidan el gran bateador que fue. En caso de que algunos no recuerden, ¡°El Gato¡± una vez dio un batazo de 529 pies de distancia. Y tampoco se trata del mito de que ¡°Mickey Mantle dio un jonr¨®n de 700 pies¡±. El de Galarraga fue comprobado.
Curiosamente, Galarraga fue un jugador utility a inicios de su carrera como adolescente con los Leones del Caracas en la LVBP. (Jug¨® con el equipo de la capital por 15 a?os, mucho despu¨¦s de que se estableci¨® como ligamayorista). Aunque estaba algo de sobrepeso, al menos seg¨²n los Expos, el equipo de Montreal lo firm¨®. Se dieron cuenta inmediatamente de que, a pesar de su corpulencia, ten¨ªa una impresionante agilidad cuando jugaba en la primera base y por eso fue apodado El Gato. Sin embargo, tuvo problemas con el bate, lo que m¨¢s adelante se atribuy¨® a que estaba lejos de casa y los obst¨¢culos que tuvo jugando en un pa¨ªs donde no hablaba el idioma principal.
Eventualmente, Galarraga descifr¨® Montreal un poco y tuvo un excelente a?o en 1988, liderando la Liga Nacional en imparables y total de bases alcanzadas para acompa?ar sus 29 cuadrangulares. (Como siempre, no negociaba tantos pasaportes: Galarraga no era muy selectivo con sus swings). Sin embargo, tambi¨¦n se ponchaba demasiado y en 1991, despu¨¦s de una campa?a poco productiva y plagada de lesiones (a los 30 a?os) y con una fanaticada perdiendo la paciencia, los Expos lo cambiaron justo cuando estaba alcanzando otro nivel.
Las cosas para Galarraga en los Cardenales fueron un desastre, debido a una factura en la mu?eca derecha a comienzos de la temporada de 1992, pero hubo un cambio positivo que cambiar¨ªa el rumbo de su carrera: Trabaj¨® con el coach de bateo en San Luis, Don Baylor, quien ahora como dirigente de los Rockies recomend¨® al equipo de expansi¨®n que firmara a Galarraga. El toletero encaj¨® a la perfecci¨®n en el Mile High Stadium y luego el Coors Field, donde sus ponches no importaban y su gran fuerza y contacto lo convirtieron en todo un monstruo.
En la temporada inaugural de los Rockies en 1993, Galarraga bate¨® .370 -- el mayor promedio para un bateador derecho desde 1938 -- y fue reconocido como el Regreso del A?o de la Liga Nacional. Peg¨® 22 vuelacercas en dicho a?o y con el paso de los a?os, aprendi¨® a ser un bateador de poder en vez de contacto.
Para 1996, sacudi¨® 47 bambinazos y empuj¨® unas asombrosas 150 carreras. Esto fue en gran parte por la altitud de Colorado y algunos en el b¨¦isbol pensaban que los ca?oneros de los Rockies eran s¨®lo una ilusi¨®n. Pero, ?cu¨¢ntos en la ¨²ltima d¨¦cada han pegado 47 jonrones y empujado 150 carreras en el Coors Field? ?Cu¨¢ntos han bateado .370?
Pero para Galarraga, segu¨ªan pasando los a?os y para el final de su contrato con los Rockies, aunque fue convocado al Juego de Estrellas, ya ten¨ªa 36 a?os. Lo dejaron ir para hacerle espacio a Todd Helton, una decisi¨®n que result¨® acertada, as¨ª que Galarraga decidi¨® firmar con los Bravos, un club con bastantes estrellas j¨®venes pero ansioso por contar con un bate veterano de impacto en la parte gruesa de la alineaci¨®n. En su primera campa?a de 1998, el venezolano le brind¨® a Atlanta todo lo que el equipo esperaba: 44 jonrones, porcentaje de embasarse de .397 y un viaje a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional. (La ¨²nica serie exitosa de postemporada en su carrera fue aquella Serie Divisional contra los Cachorros).
Pero durante los Entrenamientos de Primavera del siguiente a?o, Galarraga comenz¨® a sufrir molestias en la espalda que surgieron de manera misteriosa. Despu¨¦s de que varios tratamientos no funcionaran, los m¨¦dicos descubrieron el problema: Ten¨ªa un tumor en una v¨¦rtebra. Inmediatamente, se someti¨® a una quimioterapia y se perdi¨® toda la temporada de 1999. Sus compa?eros del pasado y del presente expresaron su apoyo y cuando regres¨® para el D¨ªa Inaugural del 2000, recibi¨® una bienvenida de h¨¦roe.
Galarraga ayud¨® a los Bravos a volver a la postemporada en dicha temporada, ganando otro premio al Regreso del A?o, pero Atlanta no le renov¨® su contrato.
Luego se convirti¨® en el bate de trueno viajero que estaba destinado a ser. Jug¨® con los Rangers y Gigantes en el 2001, volvi¨® a los Expos por ¨²ltima vez en el 2002 y de nuevo a San Francisco en el 2003, donde jug¨® su ¨²ltimo partido de postemporada. Luego su c¨¢ncer regres¨®, pero lo volvi¨® a vencer, regresando para otra campa?a en el 2004, disputando siete partidos con los Angelinos y bateando su 399no -- y ¨²ltimo -- cuadrangular.
Despu¨¦s de una breve participaci¨®n en los Entrenamientos de Primavera con los Mets en el 2005, Galarraga se retir¨® tras demostrar una de las m¨¢s placenteras e inspiradoras carreras en la historia reciente del b¨¦isbol. Y estuvo sonriendo hasta el final. Para algunos, el b¨¦isbol no trae esta clase de alegr¨ªa. Pero a Andr¨¦s Galarraga -- El Gato -- le daba mucha.